Del camino del hombre
Educación: Naturaleza, Sociedad, Cultura
Raúl Humberto Muñoz Aragón
Junio 2008
Raúl Humberto Muñoz Aragón
Junio 2008
El camino que nos ha permitido ser el que hoy somos –la simiente del que hemos de ser–, ha sido harto tortuoso, donde la lucha por sobrevivir ha sido constante. Este andar dio inicio, al menos a un antecesor que podemos distinguir, hace unos siete millones de años atrás; aunque hay que decir que ese momento en el tiempo fue preparado azarosa y afanosamente por varios miles de millones de años; donde todo era casi nada, un instante sin tiempo en que el universo se encontraba suspendido en un espacio infinitesimal.
La gran sinfonía de la vida dio inicio tras un estallido magnifico, un momento que es el causante de todo ocurrido hace unos 14 mil millones de años, tantos que no es posible imaginarlos en toda su dimensión, ese Big Bang fue un inicio espectacular de una sucesión insospechada de eventos que han derivado en una lucha constante entre el caos y el orden.
Pero si hemos de centrarnos en la especie humana, sólo tenemos de remontarnos, de acuerdo con los últimos descubrimientos, al Hombre de Toumaï (Sahelanthropus tchadensis, que no es el primer homínido, pues se supone que este surge hará unos 15 millones de años, cuando se separó de la rama principal, los primates quienes ya tenían en este planeta 25 millones de años de evolución), que pisó una tierra muy distinta a la que hoy conocemos, aunque sin duda, con grandes retos que le impulsaron a desarrollarse.
Este primer homínido conocido –Adán no sólo de la especie humana sino de algunas otras que no tuvieron la misma suerte–, hubo de sortear inclemencias climáticas y desventajas físicas, que como toda adversidad lo orilló a cambiar, a mutar una y otra vez, generar estrategias, alianzas para amoldarse y amoldar su entorno, creando proto-sociedades que le permitieron subsistir ante las agresiones e inclemencias que la naturaleza le ha ido poniendo a lo largo de su andar.
La naturaleza fue el primer gran reto que los homínidos han tenido que sortear, la tierra tiene una dinámica que ha producido en su superficie cambios constantes. Baste recordar a los supercontinentes que se han formado a lo largo de la existencia de la Tierra, que van desde Ur unos tres mil millones de años atrás, hasta Pangea, el último gran supercontinente que estaba rodeado por el legendario Mar de Tethys, hace unos 250 millones de años, quedando en el camino Kenorland (hace 2,500 millones de años), Columbia (1,800 millones de años atrás), Rodinia (formado hace 1,100 millones de años) y Pannotia (600 millones de años). Estos supercontinentes han evolucionado hasta conformar la geografía actual, misma que sigue cambiando y que en el tiempo ha de tornarse en nuevos supercontinentes, los cuales ya tienen nombre, valga la soberbia del hombre que como su imaginación no tiene límite (Novopangea, Amasia y Pangea Próxima, aunque habrá que esperar para el siguiente unos 250 millones de años y así entre uno y otro de los que le siguen).
Con un mundo tan agitado, se torna obvio que este le impone duros golpes a todas las formas de vida, obligándolas a una evolución continua, a la generación de conocimientos y la transmisión de los mismos, esto con el fin de garantizar en lo posible el tránsito con éxito entre estos cambios, así desaparecen y aparecen en una danza constante y continua bosques, llanuras, mares, lagos, cordilleras, islas, volcanes y cualquier otro accidente geográfico, modificando con ello condiciones climáticas y orográficas que influyen de manera determinante en todos los seres vivos.
Sequías, glaciaciones, diluvios, terremotos han sido una constante, en la gran historia del planeta que han impuesto sus condiciones a todas las formas de vida, de hecho, este dinamismo del planeta es el gran laboratorio que dio origen a la vida, generando mutaciones, migraciones y grandes extinciones que han sido el sino de la vida, hay que señalar que según los estudiosos de estos temas, se han extinguido el 99% de los seres que alguna vez han vivido en la Tierra.
Los afanes del hombre a lo largo de su estadía en la Tierra, han tenido que ser múltiples. Inmerso en un proceso evolutivo continuo, ha generado como soporte de su andar elementos que le permiten un tránsito eficiente, desarrollando habilidades con las que ha podido crear estructuras en las cuales se fundamenta.
Caminar erectos, la distribución de los dedos de la mano, el uso de un lenguaje, la capacidad de asociarse para trabajar en grupos coordinados con tareas especiales para cada uno de sus integrantes, fueron la simiente de las sociedades y culturas de hoy; las cuales han estado entrelazadas, alimentándose una de la otra.
La cultura surge por la capacidad del ser humano de representarse mentalmente lo existente, expresándolo por medio de símbolos significantes, logrando con esto, transformar la naturaleza con sus manos; nace de la capacidad mental de los primeros hombres, de pensar en las experiencias pasadas y proyectarlas en el futuro con una intención práctica que tenga como objetivo aplicar el aprendizaje adquirido para llevar mejoras a su entorno.
Así surge y se desarrolla la cultura, creando un presente a partir de recuerdos y experiencias del pasado para contar con mejores habilidades y herramientas en el futuro, transmitiendo lo aprendido a sus descendientes para que éstos lo desarrollen aun más.
Este primer proceso de formación derivo en la necesidad de crear áreas de especialidad que le permitieran garantizar a las generaciones futuras la transmisión de los conocimientos necesarios para sobrevivir; en una primer instancia, esta era su única herramienta ante las desventajas físicas, comparadas estas con los grandes mamíferos que conformaron su entorno. El establecimiento de roles definió el futuro de la especie humana; es a partir de la especialización que se da en los individuos que surgen las primeras sociedades, naciendo con ellas Cultura, Educación y Arte.
Los sistemas sociales que integran las diversas sociedades, tienen sus raíces en la especialización que fue dándose en éstas primeras sociedades, las cuales al establecer roles definidos para cada uno de sus miembros, fueron particularizando su hacer y proporcionándoles a su vez las cualidades que los distinguen de los demás integrantes del grupo (brujos, sacerdotes, guerreros, recolectores, gobernantes, esclavos, artesanos, etc.).
Una sociedad necesita tener un buen sistema para que sus integrantes puedan transmitir sus conocimientos a la próxima generación, esto es de suma importancia, ya que el tiempo que cada miembro tiene en su vida no alcanza para aprender todo el conocimiento generado a lo largo de la historia.
La educación apareció como acción espontánea y natural, surgiendo después el carácter intencional y sistemático que le da la pedagogía a la educación.
La educación va de la mano de la evolución del ser humano, no existe ninguna sociedad por primitiva que sea en la que no se presente. Comenzando por la transferencia de simples conocimientos a las nuevas generaciones para su perpetuación continua, hasta el establecimiento de hábitos y costumbres, desembocando en culturas complejas transformadas en sociedades.
En las culturas y sociedades no se presentan únicamente tradiciones y sincretismos, si no que todo esto se convierte en una gama de concepciones teológicas, filosóficas y tecnológicas, que son la base de la idiosincrasia de cada país.
La educación tiene su origen en las comunidades primitivas, y el punto de referencia se encuentra cuando el ser humano pasa del nomadismo al sedentarismo, ya que la caza y la recolección son las principales fuentes de alimento y supervivencia, elementos determinantes que influyen para abandonar el carácter errático del ser humano propiciando que éste se establezca en lugares estratégicos –generalmente al margen de grandes ríos o laguna– para proveer de alimentos a la comunidad. Es en este momento en que comienza la transmisión de conocimientos entre los integrantes de una misma comunidad –padres a hijos– de una forma más sistemática, ya que aún los primeros pueblos nómadas se vieron en la necesidad de trasmitir conocimientos, que van desde las rutas por las cuales se ha transitar, hasta los mejores momentos para reanudar el viaje. Con la sistematización del proceso de enseñanza, surgen las primeras ideas pedagógicas al aplicar técnicas y métodos austeros para hacerse de provisiones. La complejidad de la educación comienza a aparecer, motivada por la comunicación que se establece a través del intercambio de mercancías entre diferentes grupos de diverso lugares, relaciones que de alguna manera involucran a ambos grupos, nómadas y sedentarios. Por otro lado, también se origina la división de clases sociales de forma incipiente y rudimentaria, hecho que marcara en siglos posteriores a la educación, convirtiéndola en privilegio de algunos pocos.
Los métodos de enseñanza más antiguos se encuentran en la India, China, Persia, Egipto, Sumeria, Grecia y Roma. La similitud educativa entre estas naciones radica en que la enseñanza se basaba en la visión teológica imperante en estos pueblos y en el mantenimiento de sus tradiciones. Egipto y Sumeria fueron las sedes principales de los primeros conocimientos científicos; escritura, ciencias, matemáticas y arquitectura. La educación en la antigua China se centraba en la filosofía, la poesía y la religión, de acuerdo con las enseñanzas de Confucio y Lao-Tse.
Persia se encargo de priorizar el entrenamiento físico que después le secundo Grecia con la Gimnasia. Grecia es el lugar en el que parte el pensamiento occidental con Tales, Sócrates, Platón, Aristóteles, Aristófanes, Demócrito e Isócrates. El objetivo griego era alcanzar la perfección con la enseñanza de disciplinas como la Música, Estética, Poesía, Literatura, Gimnasia y Filosofía.
Dentro el desarrollo del Mundo Occidental se encuentra también el Imperio Romano, lugar en el que se dio origen la lengua latina, la literatura clásica, la ingeniería, el derecho, la administración, arquitectura y la organización del gobierno (Política). Los métodos romanos en los que se basaba la educación eran los conocidos Tivium (retórica, gramática y dialéctica) y Quadrivium. En esta época es donde se establece e papel de maestro-alumno, con Marco Fabio Quintiliano como el principal pedagogo romano. Quintiliano asignaba un alto valor a las aptitudes naturales de los niños. En su opinión, la torpeza y la incapacidad son fenómenos raros.
En este breve esbozo de las historia de la educación, y los retos que la naturaleza ha impuesto al hombre que lo han obligado a la creación de sociedades que dan como resultado su mayor creación la Cultura, que es, en resumen, todo aquello que el hombre ha creado, sea esto real o ficticio, concreto o abstracto, es el producto por excelencia del ser humano, en ella se forma y la forma a su vez proyectando en ella su espíritu.
La historia del hombre es más que asombrosa, su hacer a lo largo de su evolución le han permitido alcanzar cotas de excelencia y excelsitud, que sólo se pueden comparar con su enorme y abismal torpeza, pues en la raíz de su ser, esta también inmersa la posibilidad de dejar de ser.
Sin duda la naturaleza le ha impuesto los retos más complicados de sortear, pero es ahora, la cultura y la sociedad por él creada la que le impone los retos más grandes y profundos, que le pueden llevar a continuar alcanzando grandes cotas de desarrollo o el fin de una historia de más de siete millones de años, y es en este reto que la educación juega el papel fundamental, en ella radican las oportunidades de transitar en armonía a nuevos estadios. Pero hay que clarificar que esta es una responsabilidad compartida, en la que no sólo los docentes –sea el nivel académico que fuere– tienen la responsabilidad, la sociedad –o sea, todos y cada uno sus integrantes–. Tenemos ante nosotros el reto máximo. Que la opinión de Quintiliano sea verdad, y que la torpeza y la incapacidad no sea el atributo principal del hombre del siglo XXI.
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