martes, 31 de agosto de 2010

Y ¿si…?

Y ¿si…?

Raúl Humberto Muñoz Aragón

Y… ¿Si la materia si se puede crear de la nada?, ¿Cómo encontrar congruencia entre el Principio de Conservación de la Materia y el Principio de Incertidumbre de Heisenberg?, Y ¿Si nuestro universo es la muestra de ello, de que de la nada se puede crear el todo? Y ¿Si en el destiempo hay una nada creadora de todo, una nada que sólo esperaba su Big Bang para iniciar la odisea de nuestra especie? Y ¿Sí somos sólo un sueño que alguien sueña?... Y ¿Si el tiempo nos sueña?

Tenía tantos “Y ¿Si…?” en su cabeza que inició un largo trayecto en la búsqueda de aquello que le diera respuestas, el “mundo de las ideas” había dejado de ser una “realidad” que le sustentara hace ya muchos años, pues los derroteros en que el conocimiento ha andado son tan diversos, disímbolos y en apariencia contradictorios que ha generado en él la necesidad de saber; una necesidad imperiosas, dolorosa por los momentos en que su finitud se torna en el peor lastre, pues el tiempo le agobiaba… y entonces sigue preguntando…

Y… ¿Si el tiempo es sólo una abstracción creada para justificar nuestra estadía en esta “realidad” que inventamos día a día? Y ¿Si al inventarnos lo inventamos?... Y ¿Si sólo es una idea para explicar la sucesión de “ocurrencias”, esas que al ocurrir nos crean y transforman? Y ¿si sólo es esa abstracción?, ¿podemos burlar esta finitud a la que estamos condenados por ella?... entonces, decidió que así sería y lo dejó de lado, pues el tiempo estorba para el proyecto que había pensado para sí, su razón de ser era sólo uno, buscar respuestas, todas y para ello se convirtió en el mejor “hacedor” de preguntas.

No tuvo tiempo ni siquiera para morir; eran tantas las dudas, tantas la pregunta que iba acumulando día a día que cuando la muerte tocó a su puerta, se encontraba inmerso en una elucubración más de los enormes dilemas que acumulaban día a día, ello le impidió oírla, y la dejó esperando… tanto que de hartazgo se olvidó que iba por él.

Su camino desde entonces ha sido arduo, poco a poco su mente ha ido desvelando cada misterio, al hacerlo inevitablemente surgen varios más por cada uno de ellos…, pero su perseverancia no tiene límite, su interés es saber, saber cada día más, llevando al límite la capacidad de hacerlo.

…Así, en un momento perdido en el futuro más lejano, tanto que el tiempo no lo ha podido alcanzar, se levanta de su viejo escritorio −que es el último vestigio de aquel que un día fue− con la satisfacción de por fin haber agotado todos los “Y ¿Si? Que pudo imaginar, que todos los que le antecedieron pudieron siquiera pensar; habiendo vencido la finitud que envolvió a hombres y mujeres, nunca se dio cuenta que había “quedadose” solo; no había ya quien escuchara la historia de todo, no había ya nadie para escuchar las respuestas que hoy tenía a cualquier pregunta.

Al saberlo todo por fin había perdido la oportunidad de saber que hay tras esto que llamamos vida, el tiempo se había agotado ya que no había más tiempo para morir, al alcanzar la inmortalidad, perdió la última respuesta.

ymahr@yahoo.com

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