COMO POLILLA TRAS LA LUZ
Raúl
Humberto Muñoz Aragón
Me fascina lo prohibido, nada más embriagante que transitar por aquello
que no está bien visto, que la censura y las buenas conciencias consideran
intolerable. Nada me atrae más como el romper límites, transitar por la delgada
línea que señala el camino del buen hacer, buen pensar o buen decir.
El pensar en lo prohibido me es tan atractivo como a las polillas una
lámpara incandescente. Y no estoy solo en ello, es un deseo permanente en la
humanidad, el sueño compartido y si lo pensamos bien, es el fin último de los
límites, que son creados para ayudarnos a entender y caminar por rutas sabidas
y probadas, y una vez comprendidas en su totalidad, poder aventurarnos allende
a esos límites que nos plantearon el andar.
Esta fascinación por lo prohibido, al menos en mi caso, va de lo más
trivial, si se quiere pensar así, hasta derroteros más complejos y profundos.
Así, un día un poco aciago de mi historia personal y tras muchos estudios
médicos, el doctor en turno, de cuyo nombre no quiero acordarme, me dio un
largo listado de alimentos y bebidas que tenía prohibido ingerir, ello porque
podrían ser detonantes de la tortuosa migraña que a veces me acosa… entre ellos
mencionó los chocolates, los quesos, los vinos. He ahí que no hay golosina que
me encante más que el chocolate, amargo o dulce, de la vaquita o de esos
importados con mucho pedigrí, no hay deleite mayor a lo que este néctar de los
dioses puede generar.
Sin duda un buen vino, unos buenos quesos, un ate de membrillo y unos
chocolates son el mejor aderezo para alguno de los libros prohibidos que se
enseñorean en mi biblioteca. Uno de los grandes sueños de mi juventud es el
tener entre mis libros el Index librorum prohibitorum, ese deleznable catálogo
inventado por la Iglesia Católica en donde se dedicaron a dejar constancia de
aquellos libros que estaban prohibidos por ella, y que eran motivo de
excomunión directa; siempre he soñado con que este índice se convierta en mi
guía de lectura.
"La última tentación de Cristo", "Los hombres detrás del
sol", "Yo te saludo, María", "Calígula", "Salo o
los 120 días de Sodoma", "La naranja mecánica", "El último
tango en París", "Sweet Movie", "Freaks", "El
imperio de los sentidos", "Holocausto caníbal", "Senderos
de gloria", "El tambor de hojalata", "Fando y Lis";
componen horas emblemáticas de la filmografía mundial que se han convertido en
varias de las películas más prohibidas de la historia, piezas cinematográficas
apasionantes, escabrosas, sórdidas, poéticas y claro, integrantes de mis afanes
particulares, fruto de muchos años de búsqueda y algunas de las sesiones ante
el televisor más impactante, siempre seguidas de disertaciones y debates
siempre gratificantes. Son películas que agreden y ofenden, que han de verse
siempre con un espíritu de tolerancia y respeto; valores que nos permiten
confrontar ideas, compartir sueños y discernir de lo pensado por otros, ésta es
una de las maravillas de lo prohibido.
A veces lo prohibido se encuentra en un sueño, como el mítico sueño de
Giuseppe Tartini ocurrido en 1713, cuando el mismo Diablo se le presentó en
sueños y en un diálogo que mantienen, es el Diablo quien recibe el violín de
Tartini y toca una sonata que lo transforma y conmueve. Al despertar Giuseppe
Tartini compone "La sonata para violín en sol menor", más conocida
como El Trino del Diablo, en un intento por emular la obra maestra creada por
el Diablo en su sueño.
Esta no es la primera vez que el Diablo se asoma a la música, y uno de
los ejemplos más renombrados es Nicolo Paganini, de quien se dijo en su tiempo
que había hecho un pacto con él, e incluso hubo quien llegó a afirmar que era
el mismo Príncipe del Infierno, otros más ven en sus obras el talento
diabólico, la más citada es "La Streghe" que fue escrita cien años
después de la obra de Tartini antes citada en 1813.
La música sin duda es un gran acercamiento con aquellos temas o tópicos
prohibidos, el ejemplo muy nuestro es la llamada canción protesta, canciones de
autor que reflejan su compromiso con la lucha social: Chicho Sánchez Ferlosio,
Paco Ibáñez o Serrat en España; Nacha Guevara, Mercedes Sosa, León Gieco, Gian
Franco Pagliaro y Cabral en Argentina; Zitarrosa y Viglietti en Uruguay; en
Chile, Víctor Jara, Violeta Parra, Inti Illimani; Alí Primera en Venezuela; en
Cuba, Carlos Puebla, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez; Carlos Mejía Godoy
Nicaragua y en México, Amparo Ochoa y Óscar Chávez… lista limitada pero
representativa de las voces que han alimentado la canción comprometida en
nuestros países, siempre prohibido por un statu quo que se engolosina con el
poder.
Esa es mi fascinación por lo prohibido, nada más disfrutable que una
velada con vino tinto, queso, chocolate, música y el comentario de alguna
película, siempre soñando con un mundo mejor.
ymahr@yahoo.com
facebook.com/Ymahr
@Ymahr.Nogara
El Siglo de Torreón / Imágenes / Jue. 24 Jul. 2014 / http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1019596.imagenes.html
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