EL ETERNO RETORNO DE LA INFORMACIÓN
RAÚL HUMBERTO MUÑOZ ARAGÓN
Nada es, si antes no ha sido observado… éste es el resultado
que arroja la física cuántica de hoy día, ésa que tanto aborrecía Albert
Einstein y que con el paso del tiempo ocurre que pudiera ser verdad que Dios
juega a los dados con el Universo. Según algunos físicos como Vlatko Vendral
-profesor de física de la Universidad de Oxford- el componente esencial de la
realidad es la información; con base a ello, la energía y la materia no tienen
existencia independiente y anterior a la observación. En esencia, nosotros
mismos somos información, y hemos de requerir que alguien nos vea, nos lea.
Así que según la vanguardia de la física moderna, el
Universo no estaría compuesto de materia y energía, sino de información; así la
información es tan importante e incluso omnipresente que sería lo único que no
pudiera ser absorbido por un hoyo negro… así que la conclusión es fácil y
simple: la información no se crea, ni se destruye, sólo se transforma; y en
ello, existiría ese mundo de las ideas que en algunos momentos se nos acerca y
nos muestra algunos aspectos de la realidad.
Es aquí donde me gusta pensar en ese "eterno
retorno" que Nietzsche presentaba como realidad inalterable, como condena,
que aunque algo pareciera perderse en el discurrir del tiempo, tarde o temprano
regresa, quizá en la búsqueda del mejor momento, el preciso para que pueda ser
entendido y aquilatado en toda su valía, al menos, de una forma diferente… he
aquí algunos ejemplos.
El primero, son los llamados Papiros de Oxirrinco, un
numeroso grupo de manuscritos descubiertos en 1897 por los arqueólogos Bernard
Pyne Grenfell y Arthur Surridge Hunt, y que todavía, hasta el 2008, han seguido
encontrándose en la región de Oxyrhynchus (actualmente el-Bahnasa) en Egipto.
Estos papiros datan de los Siglos I al IX y estuvieron perdidos durante siglos,
en ellos se incluyen miles de documentos en griego y latín, cartas y trabajos
literarios, pergaminos de vitela y manuscritos en idioma árabe en papel. En
estos papiros, se han encontrado textos de Píndaro, Safo, Alceo de Mitilene,
Aristóteles, Eurípides, Sófocles, Baquílides, entre otros, así como una pieza
musical del Siglo III, las más antigua recuperada hasta hoy, o fragmentos del
Evangelio de Tomás, del cual se encontró una versión completa en el siguiente
descubrimiento.
Los Manuscritos de Nag Hammadi, descubiertos en Egipto en
1945, los que se componen de una colección de 52 textos gnósticos de los
primeros cristianos escritos en 13 códices de papiro forrados en cuero y
enterrados en vasijas selladas. A este descubrimiento, se le suman los Rollos
de Qumrán, que son una colección de alrededor de 800 textos de origen hebreo,
escritos probablemente por integrantes de los esenios, y encontrados en once
grutas en los alrededores del mar Muerto en el año de 1947. Ambos
descubrimientos vendrían a presentarnos la diversidad de movimientos teológicos
que se desarrollaron entre el Siglo II a. de C. y el Siglo IV, mostrándonos
como surgiría el cristianismo. A estos descubrimientos, se sumaría el realizado
la década de 1970 del denominado Evangelio de Judas, que muy probablemente
pertenecía a la biblioteca de Nag Hammadi, el cual fue dado a conocer en el año
de 2006 por la organización National Geographic Society.
Hay que comentar que no sólo la información nos llega en
libros, que las ideas también viajan a través del arte, y un ejemplo son un par
de obras perdidas de Leonardo Da Vinci que pareciera que han vuelto a la luz,
una es "La batalla de Anghiari", que es una pintura al fresco pintada
en un muro del Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio de Florencia entre
1503 y 1506 y que Maurizio Seracini sugiere se encuentra tras "La Batalla
de Marciano en Val di Chiana" de Giorgio Vasari tras el ya mítico
estandarte verde con las palabras "Cerca trova" que se encuentra en
dicho mural. La otra pieza de Leonardo es "La Bella Principessa",
retrato de Bianca Sforza y que fue arrancado de un libro editado entre los años
1490- 1499 y titulado "La Sforziade".
Y pudiéramos seguir con este recuento de obras perdidas
reencontradas, desde la escultura de San Juan Bautista de Miguel Ángel hasta el
Libro Perdido de Nostradamus descubierto en 1982, o el mítico y entrañable
filme "El vampiro y el sexo", versión no censurada de "Santo en
el tesoro de Drácula", descubierto en el 2011 en una bóveda de
Cinematográfica Calderón, la productora original de esta película y estrenada por
fin en Guadalajara.
Si, a fin de cuentas la información es el todo del Universo,
en ella nos va la inmortalidad, una que no es tan agobiante como el vivir para
siempre, sino que es una renovación constante y es ese eterno retorno que nos
permite volver en cada tiempo, siempre a la captura de información de ese
idílico mundo de las ideas que alguna vez soñó Platón.
EL SIGLO DE TORREÓN / IMÁGENES / JUE 17 JUL 2014 / HTTP://WWW.ELSIGLODETORREON.COM.MX/NOTICIA/1017158.IMAGENES.HTML
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