jueves, 28 de abril de 2016

Encerrado en sí mismo

IMÁGENES / Encerrado en sí mismo
Raúl Humberto Muñoz Aragón

Imagine que está encerrado en sí mismo, en medio de una soledad infinita, rodeado de gente, de seres que le son más o menos familiares, bombardeado de incontables estímulos presentes y pasados que se agolpan en su derredor continuamente, sin orden alguno. Sonidos, colores, olores, sabores, texturas que se multiplican hasta el infinito, recuerdos que no se olvidan, que se amontonan en este presente que lo rodea. Estímulos, sentimientos, emociones, sensaciones que se evocan irrefrenablemente unos a otros, sin orden, sin control. Imagine que ni siquiera es capaz de determinar dónde inician o terminan las cosas, los eventos que se le presentan en una forma constante y continua perdiéndose en un tiempo del cual no tiene conciencia clara; e incluso más allá, no es usted capaz de discernir donde inicia y termina usted mismo; su propia voz le es extraña, agresiva, ajena, irreconocible.

En su mente se encuentran agolpadas infinidad de palabras que carecen de un significado, que le evocan recuerdos que no siempre coinciden con los de aquellos otros que le rodean. Imagine que ha perdido la capacidad de comunicarse, que el lenguaje le ha abandonado, que las expresiones propias, que los gestos dejan de tener sentido para usted y para los otros. Piense por un momento que intenta comunicarse con aquellos que ama y no tiene en sí los conceptos para hacerlo, imagine la desesperación que esto le produce, ¿qué sentiría si de pronto fuera incapaz de decir "te amo mamá"?, o que en lugar de ello surjan palabras sin sentido; o gritos que espanten a su interlocutor.

Y si a todo lo anterior le quitamos la posibilidad de reír, de llorar… que la risa sólo tenga cabida en los momentos de mayor soledad, cuando en medio del caos que lo abruma las veinticuatro horas al día, los siete días de la semana, semana tras semana, mes tras mes… así toda la vida; y sólo en un minuto perdido en la madrugada pudiera reír sin temor, tras mucho esfuerzo. Piense en cómo se sentiría con todo lo dicho y además ver que las personas a su derredor no lo entiendan, es más, que malinterpretan sus reacciones.

¿Cómo se sentiría al ver que los demás se apartan por suponer que usted ama la soledad más que nada? Imagine sus sentimientos al darse cuenta que cuando por fin, tras mucho esfuerzo, logra articular una oración y ésta no refleja para nada lo que usted pretende decir. El percibir, en medio del caos en que se encuentra, la extrañez de los otros ante la repetición que hace una y otra vez de la misma pregunta, sin entender que lo hace no porque no comprenda, sino porque está luchando en su interior por encontrar la respuesta adecuada.

El ser reprendido una y otra vez por hacer cosas que le han repetido que no debe hacer ya tantas veces y de tantas formas, y que simplemente no puede evitar hacer, que escapa de sus posibilidades… piense, ¿qué haría si estuviera atrapado en un mundo en el cual es incapaz de comunicarte?

Ahora, piense que todo lo dicho es una realidad que viven y a veces padecen miles de niños, que desconciertan y abruman a familias enteras.

La primera vez que yo me enfrente ante el autismo fue hace algunos años, cuando asesoré una tesis elaborada por un par de diseñadoras quienes desarrollaron un sistema de comunicación para niños autistas. Tras esta primera experiencia, en mi andar he coincidido con algunos niños autistas y he tenido la fortuna incluso de jugar con ellos y quizá lo más mágico, al final, es que esos pequeños me extendieran la mano para decir adiós, o decir gracias, o simplemente para establecer un contacto que dejó en mí un recuerdo imborrable.

Esta semana, la vida me ha regalado un libro extraordinario, este caprichoso y omnipresente azar ha traído a mis manos La razón por la que salto de Naoki Higashida, joven poeta, novelista y ensayista japonés nacido en Kimitsu en 1992. Naoki Higashida padece autismo severo, el cual le fue diagnosticado en 1998 a la edad de cinco años, hecho que no le ha impedido escribir su historia, esto gracias a su madre y su cuidadora, quienes crearon una tablilla alfabética cuyas letras y palabras pudieron al ser señaladas por él, componer poco a poco las frases y los párrafos que componen sus libros.

En La razón por la que salto, Naoki Higashida responde a una serie de 58 preguntas que permiten al lector aproximarse a la forma que tiene de ver, entender y afrontar el mundo. Naoki nos explica por qué no mira directamente a los ojos de la gente, por qué habla de un modo tan extraño, por qué necesita que le realicen la misma pregunta muchas veces, por qué le disgusta que todo el mundo piense que prefiere la soledad a la compañía, por qué tarda tanto en responder, por qué se tapan los oídos… en sus respuestas, rompen muchos de los tópicos que la sociedad piensa sobre el autismo.

Naoki Higashida es autor de más de veinte libros y mantiene un blog en el que escribe con regularidad. A pesar de su dificultad para comunicarse, ha conseguido dar charlas sobre autismo en Japón con el propósito de hacer esta condición más presente y reconocible en la sociedad.

facebook.com/ymahr

El Siglo de Torreón / 28 de abril de 2016 4:05am

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