lunes, 8 de noviembre de 2010
La piedra de la revelación de Gabriel
La revelación del arcángel San Gabriel desata pasiones en Internet
Elsemanaldigital.com
David Jeselsohn, un coleccionista suizo, compró hace diez años en Jordania una piedra con inscripciones en hebreo que pueden tener, en la línea 88 de las 87, una importancia crítica.
9 de julio de 2008 Compartir:
¿VERDADERA O FALSA?
Este estela de piedra, comprada por Jeselsohn, tiene un metro de altura y una inscripción de 87 líneas de texto en hebreo a dos columnas.
Todo comenzó con la pasión por la arqueología de David Jeselsohn, quien ya ha sido apodado por el Indiana Jones suizo. En un viaje a Londres, según informaciones de El Semanal Digital, compró una piedra descubierta en Jordania en 1998. Ahora figura como la joya de la corona de su colección particular en Zurich.
Este estela de piedra, adquirida por Jeselsohn, tiene un metro de altura y una inscripción de 87 líneas de texto en hebreo a dos columnas. El texto, de forma sorprendente y misteriosa, está escrito sobre la piedra en vez de estar tallado. Algunas letras y palabras enteras de la tablilla son ilegibles.
La bomba que soltó Knhol
La piedra permanecía como pieza magnífica de su museo pero pasó a convertirse en joya arqueológica extraordinaria tras el estudio realizado por el profesor Israel Knhol. La bomba la soltó con motivo del 60 aniversario del descubrimiento de los Manuscritos del Mar Muerto.
En una sala del Santuario del Libro del Museo de Israel, en Jerusalén, este investigador y profesor de Estudios Bíblicos de la Universidad Hebrea aseguró que la línea 80 contiene un hallazgo clave. Según el profesor Knohl, el texto cita al arcángel San Gabriel diciéndole a un "Príncipe de Príncipes" que "en tres días vivirás: Yo Gabriel te lo ordeno".
Sus revelaciones ya han sacudido a Internet. Para Knhol esta misteriosa estela que parece datar del siglo I antes de Cristo podría cambiar la percepción sobre los orígenes del cristianismo al revelar que los judíos ya creían en la llegada de un mesías resucitado antes de Jesucristo.
Tormenta de interpretaciones
Knohl subraya que su análisis del texto hebreo inscrito en la estela podría "cambiar la visión que tenemos del personaje histórico de Jesús". Por el contrario, otros investigadores se abstienen de sacar conclusiones tan radicales del texto, del que dan otras interpretaciones. Algunos dudan incluso de la autenticidad de la estela.
"Este texto puede constituir el eslabón perdido entre le judaísmo y el cristianismo, en la medida en que inscribe en la tradición judía la creencia cristiana en la resurrección del mesías", señala. El texto en hebreo, de naturaleza apocalíptca, se presenta como la "revelación del arcángel San Gabriel".
El análisis de Knohl consiste esencialmente en decodificar la línea 80 donde figuran los términos "tres días más tarde" seguidos por una palabra medio borrada que, según el profesor, significa "vive". Según el investigador, el texto anuncia que el arcángel San Gabriel resucitará tres días después de su muerte al "príncipe de príncipes", una fórmula que en la tradición judía se aplica al mesías.
No se investigó aún la tinta
La paleontóloga Ada Yardeni es más prudente en lo que se refiere a la palabra "vive". "La lectura del profesor es plausible pese a que la ortografía utilizada es rarísima", afirma esta especialista de escrituras antiguas que publicó la primera descripción de la estela en 2007 en la revista de historia y arqueología israelí Cathedra.
Por su parte, el investigador israelí Yuval Goren, especialista en el descubrimiento de falsificaciones, afirma no haber "detectado ninguna muestra de falsificación en la textura de la estela". "Sin embargo, mi análisis no se aplicó a la tinta", subraya el director del departamento de arqueología y culturas antiguas de la universidad de Tel Aviv.
Otras voces insisten en que se debe averiguar si se trata de una falsificación. por ahora existe un clima de misterio sobre circunstancias en que se descubrió la estela y dónde exactamente.
jueves, 30 de septiembre de 2010
miércoles, 29 de septiembre de 2010
The silence thereafter
De cuadros por el mundo
De cuadros por el mundo
Raúl Humberto Muñoz Aragón
Al principio, el hombre inventó el mundo a su imagen y semejanza... así debió ser en algún momento, cuando éste tuvo conciencia de sí, su mente brotó y con ella múltiples universos; diversos, distantes, disímbolos, antagónicos; entre antípodas de tiempo, espacio, valores, credos; diferentes siempre en apariencia, pero nutridos del mismo barro; el hombre, así, hombre, sin genero, sin calificativo que distinga la esencia del ser humano, el cual se ha encargado de crear todo lo visible y lo invisible, en un vano intento por entender los múltiples y diversos por qué que le han abrumado durante su estadía.
Hoy el mundo camina entre realidades diversas, algunas físicas otras cibernéticas, unas mas en papel o en ondas hertzianas; contadas en bytes o en imágenes por segundo.
Los medios hoy todo lo pueblan, cada rincón esta a su alcance; National Geographic nos lleva a viajes por las entrañas de la pirámide de Keops; el Spider-man por fin lanza telarañas y no mecates; cámaras navegan al interior de nuestro cuerpo; y la Internet es vehículo de sueños, ideas, locuras y corduras.
En toda esta avalancha, las historietas han sentado sus reales en el mundo. El cómic hoy es arte, reflejo digno de una sociedad diversa, punto de encuentro de los mitos de antaño, de los sueños de siempre.
Con acta de nacimiento datada en 1895, producto de la lucha por el “rating” entre el New York World de Joseph Pulitzer y el San Francisco Examiner primero y el Journal American después, ambos de William Randolph Hearst. Yellow Kid vs California Bears (conocidos después como Litle Bears); creados por Richard Felton Outcault y James Swinnerton respectivamente quienes hoy ostentan el título de padres del cómic, historieta, manga, tebeo, monitos o como se les quiera llamar. Contemporáneo en edad y desarrollo con el cine, contribuciones ambas del siglo XX a las Bellas Artes, que aunque en pañales, transitan en búsqueda de su definición plena.
Aunque en verdad creo que se quita los años, y es menester buscar sus ancestros en las caricaturas políticas de la Francia y sus revoluciones; en las viñetas de los libros medievales; en las tarjetas chinas, las mismas que inspiraron a los impresionistas y postimpresionistas en el siglo XIX, hasta llegar a los glifos mayas y más atrás a los egipcios. En mi romanticismo, me quedo con la imagen de aquellos pintores anónimos de Altamira y demás lares, en tiempos ya perdidos, cuando el hombre aprendía a serlo.
Las imágenes son el lenguaje primario del hombre, es en ellas donde aprende primero a leer, haciéndose erudito de ellas, las lee y las dibuja, inventando con el paso del tiempo la escritura, y a la vez, sigue en este proceso de inventarse que aún hoy día continuamos con nuestras “ciberrealidades”.
Lectura y escritura le llevan por el mundo a la caza de los mitos, leyendas, fobias y filias que conforman la esencia de su pensar, la cultura colectiva, este pensamiento común, el mismo que nos hace temer, llorar, amar, emocionar, excitar por las mismas cosas que nuestros abuelos y los abuelos de ellos, eso si, con una nueva presentación.
Animales, plantas, astros, fenómenos naturales, se convirtieron por obra de los hombres en dioses, y el hombre al ver que ello le servía los transformó en los héroes y superhéroes que nos traen semana a semana las historietas. Leyendas, tragedias, comedias, epopeyas cantadas por sumerios y griegos, egipcios y romanos; la India, Japón y China; son la fuente recurrente de argumentos que están en cada cuadro, en cada tira, en cada globo que pueblan los cómic de hoy.
No hay tema que sea ajeno al cómic, todo cabe; emociones, utopías, rebeldías, sacrilegios, iras, críticas, propaganda, ciencia, herejías, erotismo, literatura, religión... Las historietas son el vástago del hombre del siglo XX, creada a su imagen y semejanza, hasta ser hoy día la síntesis perfecta de esta sociedad nuestra.
Tarzan, Batman, Hulk, Mickey Mouse, Lady Death, Fantomas, Superman, Candy Candy, Asterix, Mafalda, Chanoc, Flash, El Hombre Araña, Wolverine, Kaliman, Mortadelo, Snoopy, Goku, Acuaman, Voltron, Flash Gordon, Dick Tracy, Memin Pinguin, Hermelinda, La Mujer Maravilla, La Pequella Lulú, Capulinita, Los Cuatro Fantásticos, Gambito, Lex Lutor, Lobo, Vampirella, Buffy, Aniceto, Spawn, Periquita, La Familia Burrón, Aniceto, Tomb Raider, Wichtblade, Darkness, Los Supermachos, El Santos y la Tetona Velázques, Yellow Kid, Akira, El Jocker, Heidi, Video Girl Ai, Ranma, Batman... y así la lista crece hasta un número sorprendente, se multiplica en proporción directa a esta necesidad nuestra de desnudar el alma.
Hacer afirmaciones universales es siempre un riesgo, vana ilusión que la soberbia nos da, pero, igualmente tentación irresistible; así que ahí va la mía: No hay hombre que hoy en día no tenga tras de sí alguna tira que recuerde con una dulce nostalgia.
No se en que momento el cómic reciba el reconocimiento como una de las Bellas Artes, sin duda algunos “puristas” de las artes desgarraran sus vestiduras cuando ello ocurra, pero sin duda ocurrirá.
ymahr@yahoo.com
martes, 31 de agosto de 2010
Conversando con difuntos
Conversando con difuntos
Raúl Humberto Muñoz Aragón
He sido tantos… en cada momento siempre uno, a veces tan diferente que apenas logro reconocerme en la suma de cada uno de ellos que hoy soy, encuentro de “ayeres” y “mañanas” posibles.
Suma de “ayeres” y “mañanas” unidos en este “hoy” de cada día, único, verdadero. Encuentro de múltiples ideas, pensamientos; incontables sueños, emociones y sensaciones; demasiados anhelos que hoy no anhelan lo mismo que cuando fueron; sentimientos que siente diferente cada día. Múltiples mundos con arquetipos, protagonistas y antagonistas siempre nuevos. Historia compuesta de instantes muchas veces inadvertidos, pero que igualmente me construyen, me forman y me definen.
Son todos esos que he sido, que pude haber sido, aquellos que seré junto con los que jamás podré ser los que dibujan ideas con este conjunto de líneas en un papel (signos que se permutan por obra y gracia de la cibernética de hoy en impulsos eléctricos, voltajes y no voltajes) que hablan de aquello que suele ser, o solía ser este espíritu humano. Esencia que permuta constantemente gracias a la suma de cada uno de aquellos que han transitado por este mundo, condenados a una búsqueda infinita, imposible de alcanzar, afanados en asir con un pensamiento finito el infinito, el soñar con tantos aquellos posibles, ver nuestros sueños. La insaciable necesidad de conocer, de saber, de entender y comprender cada todo, cada nada, cada sino que nos lleva a un viaje entre realidades y abstracciones que pueblan cada momento de nuestra andar por esta gran roca que flota en el espacio. Flujo continuo de impulsos eléctricos que crean en nuestro cerebro las ideas con las que hoy llenamos cada rincón de nuestro mundo.
Trozos de papel en la búsqueda de su lector, aquel que reviva lo en ella escrito y al hacerlo me de la oportunidad de estar nuevamente, discutiendo las mismas inquietudes que hoy me abruman, me emocionan, me entusiasman; comentando las dudas, las preguntas que buscan siempre su respuesta; contando mi interpretación de los sueños que todos hemos tenido, aquellos que a veces duelen, que impulsan, que en ocasiones nos dibujan una sonrisa en el rostro, la misma que ha iluminado a hombres y mujeres a lo largo de nuestra historia, una historia de algunos miles de años, quizá siete millones de años o cuatro mil ¡qué importa!, que a fin de cuentas es el viaje de la vida y de la cual sólo somos un eslabón, y nuestro trabajo es quizá el de cronistas de esta maravillosa aventura. Logrando con ello la posibilidad de entablar nuevos diálogos, charlar con “no nacidos” como en algún momento me ha permitido hablar con los “no vivos”, pero al hacerlo nos encontramos en este discurso infinito que es la vida, una charla amena entre especies, he ahí la maravilla ya que ha sido escrita para todos y cada uno de los seres vivos, que hay que dejar clara constancia que no sólo se trata de este que hoy somos, a pesar de la enorme soberbia nuestra que nos lleva a pensarnos en el culmen de esta historia sin fin.
Cada sociedad y cultura antes, hoy y mañana han de asumir esta responsabilidad, participar armónicamente en esta “danza” interminable.
En este diálogo personal que ha sido mi vida (siempre dentro del gran teatro de la vida) he tenido la oportunidad de charlar con ideas que orientan, que nos llevan a la reflexión; en uno de esos momentos me encontré con Francisco de Quevedo y Villegas —así sin el don, que la intimidad a la que ha llegado nuestras conversaciones me permite hacerlo— (1580-1645), y tomando una copa de vino, iniciamos una conversación en torno a estas ideas “mías” y en este sentido, me contó de uno de sus encuentros personales que derivó en un soneto que escribió en relación a la lectura de los recién redescubiertos clásicos donde elaboró la expresión “conversar con los difuntos”, seguido de su comentario, lo recordó:
“Retirado en la paz de estos desiertos,
con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos,
y escucho con mis ojos a los muertos.
“Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.
“Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadora,
libra, ¡oh gran don Joseph!, docta la imprenta.
“En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta,
que en la lección y estudios nos mejora.” (Quevedo)
En este soneto Quevedo deja de manifiesto la importancia de la cultura escrita, la cual en ese tiempo ha recibido el impulso creativo de Johannes Gutemberg con la invención de la imprenta tipográfica. La cultura escrita se torna entonces como preservadora del conocimiento y hace posible el diálogo con el pasado, dando así inicio a la “popularización” del conocimiento, permitiendo a segmentos más grandes de la sociedad la posibilidad de contar con textos escritos accesibles que le dieron un gran impulso al desarrollo del conocimiento.
Este trozo de papel manchado con las ideas de quien esto escribe es la contribución a este gran lector que somos, que es menester indispensable de nuestra especie, “Cronistas de la Aventura de la Vida” oficio que para realizarlo hemos de cultivar constantemente, leer, leer, leer siempre; aún hoy en que los libros esta compuestos por hojas de “bytes”, que sólo baste recordar que ayer eran barro, madera, papiro, piel, bronce, pergamino, papel… sucesión de vehículos que han dado soporte al “decir”.
Todos los seres vivos han de leer, es indispensable para la vida, pues el mundo es el gran libro que debe ser leído, en el se encuentran los motivos, razones para ser y estar, en él se encuentran los grandes secretos que necesitamos y es menester desvelar.
Así en un tiempo aún perdido en el ayer, un primer protohomínido dio el primer paso a nosotros, iniciando con ello el camino hacia el gran lector, gestación que duró varios millones de años.
Es en este momento en que la lectura se potencializa, alcanzando grandes cotas del saber, impulsando un crecimiento exponencial del mismo, de hombres y mujeres. Estas “conversaciones con difuntos” han permitido que el conocimiento fluya en múltiples sentidos y direcciones proporcionando las bases de las diferentes culturas y sociedades.
La lectura tiene un sentido importante en el desarrollo de las sociedades, es un medio eficiente para la difusión de la cultura y logra un tránsito adecuado del conocimiento, esto la convierte en un elemento de importancia para cualquier individuo, independientemente del área del conocimiento en el que se desempeñe.
Somos parte de una sinfonía que narra día a día hechos que nos unen inevitablemente, dando sentido e impulso a cada paso, permitiéndonos alcanzar en esta suma derroteros siempre nuevos.
¡Qué terrible sería una vida infinita!… tanto como la condena a esta finitud nuestra de cada día. Vivir, vivir siempre, dando inevitablemente vueltas en círculos ilimitados pero finitos, donde tarde o temprano el hartazgo se hace presente, un “eterno retorno” insoportable que gritaría a la cara la “levedad de ser” que compartimos “finitos” e “infinitos” (que habría que ver al otrora orgulloso Zeus, que hoy se encuentra en la medianía del olvido, en un panteón que ha sido abandonado, olvidado; donde en las ocasiones en que es recordado sólo es para ser una caricatura del que fue en un tiempo. Hoy condenado a su inmortalidad, a la desesperación de no tener nada más por aprender, hastiado de saber, y he ahí que nosotros, en nuestra siempre presente ignorancia, salimos ganando, donde cualquier camino nos puede llevar a un nuevo estadio).
He ahí la maravilla de este afán nuestro por leer, este oficio de “Cronistas” de un mundo siempre sorprendente, donde un trozo de papel siempre tiene cabida. Sin lugar a dudas seremos lectores siempre, es nuestro destino, sino que no ha de dejarse de lado, pues en él y por él somos, tantos como nuestro afán conquiste.
Soledades 2
Raúl Humberto Muñoz Aragón
“…hoy viene a mi la damisela soledad…”
Silvio Rodríguez
La vida está poblada de soledades, entre los más de seis mil millones de habitantes que horadan cada día la superficie de este plante hay una gran cantidad de soledad… es el momento en que el ser humano se encuentra consigo, haciendo de este encuentro maravilla y esto a pesar de su hacer por la vida, a pesar de la sordidez a la que puede llegar.
Y… al ser la soledad la primera amante del ser humano, hombres y mujeres se arrojaron a sus brazos (esto ocurrió en un tiempo perdido en la memoria más remota de este homo sapiens) en un abrazo infinito, constante, apasionado, continuo, interminable… y he aquí que en él, en este entrañable encuentro entre ese ancestro nuestro y la “damisela soledad”, encontramos lo otro, a los otros, a tanto aquéllos que en nuestro derredor hay, a todas y cada una de las maravillas que el mundo tiene para nuestro deleite… pero el primer encuentro, el más extraordinario de todos, es el que tenemos con nosotros mismos, el cual nos ha de llevar a todos los demás.
Encuentros en soledad, en esa soledad que al enfrentarnos con lo que somos nos permite tener conciencia de nuestro andar por la vida, ese insondable misterio que es la vida y que aún no alcanzamos a comprender en toda su magnificencia.
La soledad nos ha permitido tantos encuentros que uno de sus legados máximos es nuestro distintivo entre las especies vivientes, don y castigo, premio y tormento… la inteligencia, esa que alimenta a borbotones el espíritu, que hace posible el culto a lo bello y lo grotesco, donde cualquier maravilla es posible, donde cualquier horror es igualmente posible, una inteligencia que a su vez creó ignorancia y conocimiento, diálogo del ser-hacer de todo hombre y mujer que han sido.
El mundo está tan lleno de soledades que inventó su antípoda, una suma de soledades que hace que la vida valga pena de ser vivida, que al rendirnos a este encuentro máximo multipliquemos estas soledades y con ello llenemos de una nueva mirada la cotidianidad.
El encuentro máximo que la soledad nos lega para andar en el mundo es el encuentro de dos soledades que se tornan en maravilla pura… el amor, abandono pleno, soledad máxima que fusiona alma y espíritu de dos seres pensados y creados por la vida para su propia subsistencia, permanencia; fusión que transporta a la soledad perfecta, aquella en que estas tan lleno del otro ideal para ti, haciendo de este andar juntos por espacio y tiempo un “viaje mágico y misterioso” que nos lleva entre polvo de estrellas, el mismo polvo que compone cada átomo que nos pertenece y le pertenece.
Suma de soledades que compensa el nacer y el morir nuestro en la misma soledad.
Y ¿si…?
Y ¿si…?
Raúl Humberto Muñoz Aragón
Tenía tantos “Y ¿Si…?” en su cabeza que inició un largo trayecto en la búsqueda de aquello que le diera respuestas, el “mundo de las ideas” había dejado de ser una “realidad” que le sustentara hace ya muchos años, pues los derroteros en que el conocimiento ha andado son tan diversos, disímbolos y en apariencia contradictorios que ha generado en él la necesidad de saber; una necesidad imperiosas, dolorosa por los momentos en que su finitud se torna en el peor lastre, pues el tiempo le agobiaba… y entonces sigue preguntando…
Y… ¿Si el tiempo es sólo una abstracción creada para justificar nuestra estadía en esta “realidad” que inventamos día a día? Y ¿Si al inventarnos lo inventamos?... Y ¿Si sólo es una idea para explicar la sucesión de “ocurrencias”, esas que al ocurrir nos crean y transforman? Y ¿si sólo es esa abstracción?, ¿podemos burlar esta finitud a la que estamos condenados por ella?... entonces, decidió que así sería y lo dejó de lado, pues el tiempo estorba para el proyecto que había pensado para sí, su razón de ser era sólo uno, buscar respuestas, todas y para ello se convirtió en el mejor “hacedor” de preguntas.
No tuvo tiempo ni siquiera para morir; eran tantas las dudas, tantas la pregunta que iba acumulando día a día que cuando la muerte tocó a su puerta, se encontraba inmerso en una elucubración más de los enormes dilemas que acumulaban día a día, ello le impidió oírla, y la dejó esperando… tanto que de hartazgo se olvidó que iba por él.
Su camino desde entonces ha sido arduo, poco a poco su mente ha ido desvelando cada misterio, al hacerlo inevitablemente surgen varios más por cada uno de ellos…, pero su perseverancia no tiene límite, su interés es saber, saber cada día más, llevando al límite la capacidad de hacerlo.
…Así, en un momento perdido en el futuro más lejano, tanto que el tiempo no lo ha podido alcanzar, se levanta de su viejo escritorio −que es el último vestigio de aquel que un día fue− con la satisfacción de por fin haber agotado todos los “Y ¿Si? Que pudo imaginar, que todos los que le antecedieron pudieron siquiera pensar; habiendo vencido la finitud que envolvió a hombres y mujeres, nunca se dio cuenta que había “quedadose” solo; no había ya quien escuchara la historia de todo, no había ya nadie para escuchar las respuestas que hoy tenía a cualquier pregunta.
Al saberlo todo por fin había perdido la oportunidad de saber que hay tras esto que llamamos vida, el tiempo se había agotado ya que no había más tiempo para morir, al alcanzar la inmortalidad, perdió la última respuesta.
miércoles, 11 de agosto de 2010
¡Qué lástima!
¡Qué lástima!
Raúl Humberto Muñoz Aragón
¡Qué lástima!... ¡Qué lástima que tengamos necesidad de inventar días que nos recuerden a los otros!, ¡Qué lástima que tengamos a esos “otros” tan lejanos de nosotros!, ¡Qué lástima que haya prójimos de primera y de segunda!, ¡Qué lástima que teniendo tantos posibles nos conformemos en este de hoy!, ¡Qué lástima con tanta lástima que lastima!
Ocurre que teniendo tanta historia por contar hemos perdido la capacidad de hacerlo, dedicándonos a conservar sólo algunos mitos que de tan rancios ya apestan nuestra identidad. Hemos hecho de los “andares” que nos antecedieron un triste remedo de realidad que hoy nos conduce a inventar días para recordar a los “otros”, aquellos que no han tenido −algunos aún, otros nunca− o han perdido ya el privilegio de estar en el punto de predominio de las escalas sociales.
Hoy tenemos un día para aquellos olvidados −no los de Buñuel… o más precisamente no sólo los de Buñuel− así la madre, la mujer, el abuelo, el niño tienen su día… incluso el padre lo tiene, aunque a veces es quien menos se ocupa de los hijos… un momento para recordarlos, para rendirles pleitesía, ya que la soberbia del hombre es tal que puede ser magnánimo y dejarles uno que otro día del año, que al cabo de todos modos nos han de quedar más de trescientos para nuestro propio gozo.
Cada ocho de marzo, por citar un ejemplo, el mundo entero se da cuenta de que existe un ser invisible los otros 364 días, un ser que sólo es perceptible por todo aquello que nos puede dar, aquello que le exigimos, concediéndoles el privilegio de servirnos. La mujer… ese ser incompleto “que aún no acaba de ser” diría la entrañable poetisa Aliade Fopa, aquel que según algunos nace de un costado, de huesos y de carne de barro es la protagonista de un día, un día en que los hombres se llenan la boca para hablar de equidad, igualdad, derechos que suenan tan huecos, vacíos de tanto usarlos.
¡Qué lástima que necesitemos de esos días para saber del otro!, tristeza infinita, pues después de cantar loas a la mujer, al final del día, cuando los reflectores se han apagado, todo siga igual, sin aprendizaje alguno, pues ella deja su protagonismo de un día para volver a la fila de los “otros”, aquellos “prójimos” nuestros tan lejanos.
El hombre vive de paradojas, absurdos terribles que se inventa día a día para engañar o expiar las culpas de su sentido de omnipotencia… y esto es una lástima que lastima profundamente, que echa raíces en lo más profundo de nuestras inseguridades.
No tendremos jamás una sociedad justa en cuanto tengamos necesidad de inventar días para los “otros”, si hemos de crear leyes que los protejan de nuestros abusos.
¡Qué lástima que habiendo tantos caminos por andar, hemos de conformarnos con el transito por una medianía que nos impide ver la grandeza de aquellos “otros”!, grandeza de tal calibre que no nos empequeñece, sino que nos fortalece…
martes, 29 de junio de 2010
Discurso de Denise Dresser en el Foro "México ante la Crisis"
Discurso de Denise Dresser en el Foro "México ante la Crisis", frente a diputados, senadores, empresarios y funcionarios
29 de enero de 2009
Tiene una ubicación geográfica extraordinaria y cuenta con grandes riquezas naturales. Está poblado por millones de personas talentosas y trabajadoras.
Pero a pesar de ello, la pregunta perenne sigue siendo: ¿por qué no crece a la velocidad que podría y debería? ¿Por qué seguimos discutiendo este tema año tras año, foro tras foro?
Aventuro algunas respuestas, y les pediría que me acompañaran en un ejercicio intelectual, recordando aquel famoso libro de Madame Calderón de la Barca llamado "La vida en México", escrito en el siglo XVII, en el cual intenta describir las principales características del país.
Si Madame Calderón de la Barca escribiera su famoso libro hoy, tendría que cambiarle el título a "Oligopolilandia". Porque desde el primer momento en el que pisara el país, se enfrentaría a los síntomas de una economía política dusfuncional, con problemas que la crisis tan solo agrava.
Aterrizaría en uno de los aeropuertos más caros del mundo; se vería asediada por maleteros que controlan el servicio; tomaría un taxi de una compañía que se ha autodecretado un aumento de 30 por ciento en las tarifas, y si tuviera que cargar gasolina, lo haría sólo en Pemex.
En el hotel habría 75 por ciento de probabilidades de que consumiera una tortilla vendida por un solo distribuidor, y si se enfermara del estómago y necesitara ir a una farmacia, descubriría que las medicinas allí cuestan más que en otros lugares que ha visitado.
Si le hablara de larga distancia a su esposo para quejarse de esta situación, pagaría una de las tarifas más elevadas de la OCDE. Y si prendiera la televisión para distraerse ante el mal rato, descubriría que sólo existen dos cadenas.
Para entender la situación en la que se encuentra, tendría que recordar lo que dijo Guillermo Ortiz hace unos días: no hemos creado las condiciones para que los recursos se usen de manera eficiente; o tendría que ller el libro "Good Capitalism/Bad Capitalism", que explica por qué algunos países prosperan y otros se estancan; por qué algunos países promueven la equidad y otros no logran asegurarla.
La respuesta se encuentra en la mezcla correcta de Estado y mercado, de regulación e innovación. La clave del éxito -o el fracaso- se halla en el modelo económico: en la decisión de promover el capitalismo de Estado o el capitalismo oligárquico o el capitalismo de las grandes empresas o el capitalismo democrático.
Hoy México es un ejemplo clásico de lo que el Nobel de Economía Joseph Stiglitz denomina crony capitalism: el capitalismo de cuates, el capitalismo de cómplices, el capitalismo que no se basa en la competencia sino en su obstaculización.
Ese andamiaje de privilegios y "posiciones dominantes" y nudos sindicales en sectores cruciales -telecomunicaciones, servicios financieros, transporte, energía- que aprisiona a la economía y la vuelve ineficiente. Una mezcla de capitalismo de Estado y capitalismo oligárquico.
Hoy, México -inmerso en la crisis- está aún lejos de acceder al capitalismo dinámico donde el Estado no protege privilegios, defiende cotos, elige ganadores y permite la perpetuación de un pequeño grupo de oligarcas con el poder para vetar reformas que los perjudican.
Al capitalismo en el cual las autoridades crean condiciones para los mercados abiertos, competitivos, innovadores, que proveen mejores productos a precios más baratos para los consumidores. Para los ciudadanos.
Hoy, México carga con los resultados de esfuerzos fallidos por modernizar su economía durante los últimos 20 años.
Las reformas de los 80 y 90 entrañaron la privatización, la liberalización comercial.
Pero esas reformas no produjeron una economía de mercado dinámica debido a la ausencia de una regulación gubernamental eficaz, capaz de crear mercados funcionales, competitivos.
En vez de transparencia y reglas claras, prevaleción la discrecionalidad entre los empresarios que se beneficiaron de las privatizaciones y los funcionarios del gobierno encargados de regularlos.
Las declaraciones de Agustín Carstens el martes pasado, en torno a la necesidad de combatir los monopolios en telefonía, son bienvenidas. Lamentablemente, se dan 18 años tarde. Y allí están los resultados de reformas quizás bien intencionadas, pero mal instrumentadas: una economía que no crece lo suficiente, una élite empresarial que no compite lo suficiente, un modelo económico que concentra la riqueza y distribuye mal la que hay.
Hoy, México está atrapado por una red intrincada de privilegios y vetos empresariales y posiciones dominantes en el mercado que inhiben un terreno nivelado de juego.
Una red descrita en el famoso artículo de la economista Anne Kruege: "The Political Economy of the Rent-Seeking Society" ("La Economía Política de la Sociedad Rentista").
Una red que opera a base de favores, concesiones y protección regulatoria que el gobierno ofrece y miembros de la cúpula empresarial exigen como condición para invertir.
¿Quién? Alguien como el dueño de una distribuidora de maíz o el concesionario de una carrera privada o el comprador de un banco rescatado con el Fobaproa o el principal accionista de Telmex o el operador de una Afore.
Estos actores capturan rentas a través de la explotación o manipulación del entorno económico en lugar de generar ganancias legítimas a través de la innovación o la creación de riqueza.
Y los consumidores de México contribuyen a la fortuna de los rentistas cada vez que pagan la cuenta telefónica. La conexión a Internet. La cuota en la carretera. La tortilla con un precio fijo. La comisión de las Afores. La comisión por la tarjeta de crétido. Ejemplo tras ejemplo de rentas extraídas através de la manipulación de mercado.
Y el rentismo acentúa la desigualdad, produce costos sociales, dilata el desarrollo, disminuye la productividad, aumenta los costos de transacción en una economía que -ante el imperativo de la competitividad- necesita disminuirlos.
Para extraer rentas, los "jugadores dominantes" han erigido altas barreras de entrada a nuevos jugadores, creando así cuellos de botella que inhiben la innovación y, por ende, el aumento de la productividad.
Estos cuellos de boetella inhiben el crecimiento de México en un mundo cada vez más globalizado y competitivo, y son una razón clave detrás de la persistente desigualdad social, como lo sugiere el reporte dle Banco Mundial sobre México titulado: "Más allá de la polarización social y la captura del Estado".
La concentración de la riqueza y del poder económico entre esos "jugadores dominantes" con frecuencia se traduce en ventajas injustas, captura regulatoria y políticas públicas que favorecen intereses particulares.
Peor aún, convierte a representantes del interés público -muchos de los diputados y senadores sentados aquí- en empleados de los intereses atrincherados. Convierte al gobierno en empleado de las personas más poderosas del país.
Y lleva a las siguientes preguntas: ¿Quién gobierna en México? ¿El Senado o Ricardo Salinas Pliego cuando logra controlar los vericuetos del proceso legislativo? ¿La Secretaría de Comunicaciones y Transportes o Unefon? ¿La Comisión Nacional Bancaria o los bancos que se rehúsan a cumplir con las obligaciones de transparencia que la ley les exige? ¿ La Secretaría de Eduación Pública o Elba Esther Gordillo? ¿La Comisión Federal de Competencia o Carlos Slim? ¿Pemex o Carlos Romero Deschamps? ¿Ustedes o una serie de intereses que no logran contener?
Porque ante los vacíos de autoridad, la captura regulatoria y las decisiones de política pública que favorecen a una minoría, la respuesta parece obvia.
México hoy padece lo que algunos llaman "Estados dentro del Estado", o lo que otros denominan "una economía sin un gobierno capaz de regularla de manera eficaz". Eso -y no la caída de la producción petrolera- es lo que condena a mëxico al subdesempeño crónico.
Una y otra vez, el debate sobre cómo promover el crecimiento, cómo fomentar la inversión y cómo generar el empleo se encuentra fuera de foco.
El gobierno cree que para lograr estos objetivos, basta con tenderle la mano al sector privado para que invierta bajo cualquier condición. Y el sector privado, por su parte, piensa que la panacea es que se le permita participar en el sector petrolero, por dar un ejemplo.
Pero ésa es sólo una solución parcial a un problema más profundo. El meollo detrás de la mediocridad de México se encuentra en su estructura económica y en las reglas del juego que la apuntalan.
Una estructura demasiado top heavy o pesada en la punta de la pirámide; una estructura oligopolizada donde unos cuantos se dedican a la extracción de rentas; una estructura de complicidades y colusiones que el gobierno permite y de la cual también se beneficia.
Claro, muchos de los miembros del gobierno de Felipe Calderón, y muchos de los presentes en este foro, hablarán de crecimiento como una prioridad central.
Pero más bien lo perciben como una variable residual. Más bien parecería que buscan -y duele como ciudadana reconocerlo- asegurar un grado mínimo de avance para mantener la paz social, pero sin alterar la correlación de fuerzas existente. Sin cambiarl la estructura económica de una manera fundamental.
Y el problema surge cuando ese modelo comienza a generar monstruos; cuando ese apoyo gubernamental a ciertas produce monopolios, duopolios y oligopolios que ya no pueden ser controlados; cuando las "criaturas del Estado" -como las llamal Moisés Naim- amenazan con devorarlo.
Sólo así se entiende la devolución gubernamental de 550 millones de dólares a Ricardo Salinas Pliego, por interses supuestamente mal cobrados, un día antes del fin del sexenio de Vicente Fox.
Sólo así se entiende el comunicado lamentable de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes hace un año celebrando la alianza entre Telemundo y Televisa, cuando en realidad revela una claudicación gubernamental ante la posibilidad de una tercera cadena.
Sólo así se comprende que nadie levante und edo para sancionar a TV Azteca cuando viola la ley al rehusarse a transmitir los spots del IFE o se apropia del Cerro dle Chiquihuite.
Sólo así se entiende la aprobación de la llamada "Ley Televisa" por la Cámara de Diputados y la de Senadores en 2006.
Sólo así se entiende la posposición ad infinitum en el Senado de una nueva ley de medios para promover la competencia en el sector.
Sólo así se comprende que la reforma de Pemex deje sin tocar el asunto del sindicato.
Sólo así se entiende la posibilidad de dar entrada a Carlos Slim a la televisión sin obligarlo a cumplir con las condiciones de su concesión original.
Síntomas de un gobierno ineficaz. Señales de un gobierno doblegado. Muestras de un gobierno coludido.
Con efectos cada vez más onerosos y cada vez más obvios que la crisis pone en evidencia, porque no logramos reformarnos a tiempo.
Mucha riqueza, pocos beneficiarios. Crecimiento estancado, país aletargado. Intereses atrincherados, reformas diluidas. Poca competencia, baja competitividad. Poder concentrado, democracia puesta en jaque. Un gobierno que en lugar de domesticar a las critaturas que ha concebido, ahora vive aterrorizado por ellas.
¿Cuáles son las consecuencias del mal capitalismo mexicano? Donde las élites tradicionales son fuertes, la gobernabilidad democrática es poco eficaz, los partidos políticos tienden a ser minimalistas.
En México, el incrementalismo de la política pública puede ser atribuido a élites tradicionales que usan su poder para bloquear reformas que afectan sus intereses, o asegurar iniciativas que protejan su situación privilegiada.
Si ustedes verdaderamente quieren que México crezca, tendrán que crear la capacidad de regular y reformar en nombre del interés público.
Tendrán que mandar señales inequívocas de cómo van a desactivar esos "centros de veto" que están bloqueando el crecimiento económico y la consolidación democrática: Los monopolistas abusivos, los sindicatos rapaces, las televisoras chantajistas, los empresarios privilegiados y sus aliados en el gobierno.
Si ustedes verdaderamente quieren que México prospere, tendrán que tomar decisiones que desaten el dinamismo económico, que fortalezcan la capacidad regulatoria del Estado y contribuyan a construir mercados, que promuevan la competencia y, gracias a ello, aumenten la competitividad.
En pocas palabras, usar la capacidad del Estado para contener a aquellos con más poder en el gobierno, con más peso que el electorado, con más intereses que el interés público.
¿Qué hacer? Los conmino a leer textos tan influyentes como "The Growth Report" y "The Power of Productivity".
A estar conscientes de lo que todo país interesado en crecer y competir debe hacer para lograrlo.
A saber que ello requiere una economía capaz de producir bienes y servicio de tal manera que los trabajaodres puedan ganar más y más.
A entender que ello se basa en la expansión ráída del conocimiento y la innovación; en nuevas formas de hacer las cosas y mejorarlas; en técnicas que aumentan la productividad de manera constante.
A reconocer que las economías dinámicas suelen ser aquellas capaces de promover la competencia y reducir las barreras de entrada a nuevos jugadores en el mercado.
A entender que esa tarea del gobierno -a través de lar egulación adecuada- crear un entorno en el cual las empresas se vean presionadas por sus competidores para innovar y reducir precios, y pasar esos beneficios a los consumidores.
A comprender que si eso no ocurre, nadie tiene incentivos para innovar. En lugar de ser motores de crecimiento, las empresas protegidas y/o monopólicas terminan estrangulándolo.
En pocas palabras, la competitividad -factor indispensable para atraer la inversión y con ella remontar la crisis, como sugería Sanguinetti- Está vinculada a la competencia.
El crecimiento económico está ligado a la competencia. La innovación y, por ende, el dinamismo y la creacion de empleos se desperenden de la competencia.
La inversión que se canaliza hacia nuevos mercados y nuevas oportunidades es producto de la cometencia. No es una condición suficiente pero sí es una condición necesaria. No bastará por sí misma para desatar el crecimiento, pero sin ella jamás ocurrirá, por más dinero público que se inyecte a la economía mediante políticas contracíclicas.
Y, ¿cómo empezar a empujar eso? Con una tercera cadena de televisión; con el fomento de la competencia en banda ancha a través de la red de la Comisión Federal de Electricidad; con el fortalecimiento de los órganos regulatorios, con la sanción a quienes violen los términos de su concesión; con la reación de mercados funcionales, como ya se logró con las aerolíneas de bajo costo; con medidas que se empiecen a desmantelar cuellos de botella y a domesticar a esas "criaturas del Estado".
Tiene que ver con la inauguración de un nuevo tipo de relación entre el Estado, el mercado y la sociedad.
Porque si la clase política de este país no logra construir los cimientos del capitalismo democrático, condenará a México al subdesempeño crónico. Lo condenará a seguir siendo un terreno fértil para los movimientos populares contra las instituciones; un país que cojea permanentemente debido a las instituciones políticas que no logra remodelar; los monopolios públicos y privados que no logra desmantelar; las estructuras corporativas que no logra democratizar.
Será lo que Felipe Calderón llama "un país de ganadores" donde siempre ganan los mismos.
Un lugar donde muchas de las grandes fortunas empresariales se construyen a partir de la protección política, y no de la innovación empresarial.
Un lugar donde el crecimiento de los últimso años ha sido menor que en el resto de América Latina debido a los cuellos de botella que los oligopolios han diseñado, y que sus amigos en el gobierno les ayudan a defender.
Un lugar donde las penurias que Madame Calderón de la Barca enfrentó con los aeropuertos, los maleteros, los taxis, las gasolineras, la telefonía y la televisión son las mismas que padecen millones de mexicanos más.
Ese consumidor sin voz, sin alternativa, sin protección. Ese hombre invisible. Esa mujer sin rostro.
Esa persona que paga -mes tras mes- tarifas telefónicas más altas que en casi cualquier parte del mundo.
Esa compañía que paga -mes con mes- servicios de telecomunicaciones que elevan sus gastos de operación y reducen sus ganancias.
Miles de personas con comisiones por servicios financieros que no logran entender, con cobros inusitados que nadie puede explicar, parados en la cola de los bancos. Allí varados. Allí desprotegidos. Allí sin opciones. Allí afuera.
Víctimas de un sistema económico disfuncional, institucuionalizado por una clase política que aplaude la aprobación de reformas que no atacan el corazón del problema.
Presidentes, secretarios de Estado, diputados, senadores y empresarios que celebran el consenso para no cambiar.
Aunque se agradece que este foro finalmente acepte la magnitud de la crisis, si de aquí no surgen medidas concretas para mirar más allá de la coyuntura, revelará nuevamente nuestra incapacidad para encarar honestamente los problemas que México viene arrastrando desde hace décadas.
Revelará la propensión de los sentados aquí a proponer reformas aisladas, a anunciar medidas cortoplacistas, a eludir las distorsiones del sistema económico, a instrumentar políticas públicas a pedacitos, para llegar a acuerdos que sólo perpetuan el statu quo.
Mientras tanto, la realidad acecha a golpes de 327 mil despedicos, crecimiento negativo, el lugar 60 de 134 en el ïndice Global de Competitivdad y una nación que dice reformarse mientras evita hacerlo.
México no crece por la forma en la cual se usa y se ejerce y se comparte el poder. Ni más ni menos.
Por las reglas discrecionales y politizadas que rigen a la república mafiosa, a la economía "de cuates".
Por la superviviencia de las estructuras corporativas que el gobierno creó y sigue financiando.
Por un modelo económico que canaliza las rentas del petróleo a demasiadas clientelas.
Por un sistema político que funciona muy bien para sus partidos pero muy mal para sus ciudadanos. Un sistema de W"extracción sin representación".
Creando así un país poblado por personas obligadas a diluir la esperanza; a encoger las expectativas; a cruzar la frontera al paso de 400 mil personas al año en busca de la movilidad social que no encuentran aquí; a vivir con la palma extendida esperando la próximoa dádiva del próximo político; a marchar en las calles porque piensan que nadie en el gobierno los escucha; a desconfiar de las instituciones; a presenciar la muerte común de los sueños porque México no avanza a la velocidad que podría y debería.
Tomado de http://www.eluniversal.com.mx/notas/573207.html
Peña Nieto “El Golden Boy del Estado de México”
Peña Nieto “El Golden Boy del Estado de México”
Denise Dresser
El copete acicalado. La sonrisa diamantina. La novia famosa.. El Gobierno dadivoso. La publicidad omnipresente. La pantalla alquilada. La alianza del guapo y los corruptos. Los componentes centrales del modelo de competencia política que el PRI construye y con el cual logra ganar. Los ingredientes fundamentales de la estrategia que el PRI despliega y con la cual logra arrasar.
Una ecuación cuidada, perfectamente planeada: cara bonita + dinero + televisoras + publicidad + PRI dinosáurico = triunfo electoral. Una fórmula concebida en el Estado de México y ahora instrumentada exitosamente a nivel nacional. Una fórmula patentada por los artífices de la “experiencia probada”, en busca de algo que puedan vender como “nueva actitud”. El modelo bombón. El modelo “Golden Boy”. El modelo Peña Nieto.
Con resultados a la vista y confirmados en esta elección. Distrito tras Distrito, Presidencia municipal tras Presidencia municipal, Diputación tras Diputación, Estado tras Estado. Corredores azules que se vuelven tricolores; bastiones panistas que pasan a manos priistas; territorios del PRD que dejan de serlo. Guadalajara y Zapopan y Cuernavaca y Toluca y Ecatepec y Tlalnepantla y Atizapán y Naucalpan. Tan sólo en el Estado de México, el triunfo en 40 de 45 distritos electorales.
El PRI, beneficiario del voto de castigo por una economía que se contrae más del 7 por ciento. El PRI, beneficiario de la inseguridad que la popularidad presidencial no logra remediar. El PRI, beneficiario de un PRD que se devora a sí mismo y un PAN que se traiciona a sí mismo. Pero más importante aún, el PRI beneficiario de la mejor inversión que ha hecho en tiempos recientes: la campaña publicitaria permanente que lleva a miles de mujeres a exclamar -en mítines de campaña- “Peña Nieto bombón, te quiero en mi colchón”.
El “Astro Boy de Atlacomulco”, una criatura concebida por la dinastía política más importante del País que ahora busca dominarlo de nuevo. El político Potemkin, producto de un entramado de intereses políticos y empresariales que combina la modernidad mediática para llegar al poder, con los viejos métodos para ejercerlo.
El mexiquense metrosexual construido con carretadas de dinero: por lo menos 3 mil 500 millones de pesos en cuatro años de autopromoción mediática descritos por Jenaro Villamil en su nuevo libro “Si yo fuera presidente: el reality show de Peña Nieto”. El posible candidato presidencial, seleccionado, asesorado y adiestrado por personajes como Arturo Montiel y Alfredo del Mazo y Carlos Salinas de Gortari y ejecutivos de Televisa y muchas manos más que peinan el copete. Venden el producto. Posicionan la marca.
Enrique Peña Nieto, emulando a diario la estrategia salinista basada en la inauguración de grandes obras y el cumplimiento de pequeños compromisos. Promocionando a diario la lista de libramientos construidos, tractores regalados, apoyos económicos entregados.
Ejemplo de lo que Octavio Paz llamó el “Ogro Filantrópico”; ese Estado que no construye ciudadanos, sino perpetúa clientelas. Millones de mexicanos educados para vivir con la mano extendida, parados en la cola, esperando la próxima dádiva del próximo político. Como los 9 mil que se aprestaron a celebrar el cumpleaños de Mario Marín hace unos días y los 200 que hicieron cola para abrazarlo. Como aquellos para quienes la corrupción se vale cuando es compartida. Como aquellos que volvieron a votar por el PRI en el Estado de México, a pesar de las marrullerías de Arturo Montiel y las marometas llevadas a cabo por su sucesor para encubrirlo.
Enrique Peña Nieto, actor de un espectáculo continuo, perfectamente producido, escenificado y actuado en la pantalla más grande del País. El candidato de “El Canal de las Estrellas” que hasta novia le consiguió. El candidato que las televisoras hacen suyo y se encargan de edificar. Con promoción política disfrazada de infomercial; con paquetes publicitarios que incluyen la compra de entrevistas en los principales noticieros; con la cobertura de un romance que recibe más atención que la guerra contra el narcotráfico; con el silencio televisivo que se guarda sobre el caso de Atenco o los feminicidios en el Estado de México o cualquier tema controvertido que podría evidenciar las fauces del joven dinosaurio.
Hay un Plan de Trabajo que Televisa ha puesto en marcha y cuyas instrucciones Peña Nieto sigue al pie de la letra: te doy la pantalla desde la cual propulsarte y me das una Presidencia a la medida de mis intereses. Un trueque permanente de favores, dinero, gestión política a cambio de impunidad y promoción mediática.
Como advierte Julio Scherer García, la fórmula Peña Nieto es sencilla: comprar el tiempo en la televisión, corromper y corromper, mentir y mentir, aprender que a los aprendices se les puede y debe aprovechar. Todo para apoyar al joven muñeco, atractivo por su presencia física, a costa de la inteligencia y la pulcritud moral. Todo para que el poder regrese a las manos de la mafia. Todo para que el PRI vuelva a Los Pinos.