miércoles, 4 de marzo de 2015

CONFESIONES

CONFESIONES
Raúl Humberto Muñoz Aragón


Amo a México, sin lugar a dudas, apasionadamente; a pesar de todo, de gobernantes y políticos ineptos, corruptos y delincuentes; de empresarios voraces, sin sentido de solidaridad y subsidiaridad, que sólo sueñan con tener y tener siempre más; de la violencia que pareciera impregnar todos los rincones del país, que destruye hogares; de una cultura del narcotráfico que se posiciona en el inconsciente colectivo nacional generando nuevos arquetipos; de la obesidad y del bullying; de un sistema educativo ocupado en preservar un statu quo más que en generar nuevos y mejores ciudadanos; a pesar de todo. Me fascina su cultura, su gente, sus calles, su sol, sus días, sus olores y sus sonidos. Me enorgullece ser mexicano, sentirme sucesor de su historia, ésa que va en camino a definirnos, construida día a día, tanto ayer como hoy.

Disfruto a plenitud los terregales de mi querida Laguna, así como los chubascos en la Ciudad de México. Nada más gratificante que una buena comida mexicana, tan llena de sabores, aromas y colores que se convierten en un duelo en el que las papilas gustativas se deleitan con cada esencia, llenándonos de recuerdos, de lugares, de familia, acompañada de algún buen vino de Parras o de las Californias, o una cerveza de ésas que tan bien se dan en nuestro país, o quizá un tequila, sotol, mezcal o tan siquiera un pulque curado de piña.

Amo la intensidad de luz en La Laguna donde el Sol se deleita bañándonos de un calor tan seco que se mete en las venas, que alimenta a noas y cardenches; esta tierra nuestra que de tiempo en tiempo nos nutre el cuerpo con la mágica "lluvia lagunera". El clima impregna el alma de aquéllos que tenemos la dicha de vivir en sus ciudades, haciendo de los laguneros gente franca, cálida y siempre dispuesta a ofrecer un espacio a quienes allende las fronteras tienen a bien arribar aquí.

Disfruto la Ciudad de México, tan llena de historia que a cada paso, al doblar cualquier esquina, te aborda. Me seduce el dinamismo de su gente, el poder de las culturas que ahí se asentaron. El sincretismo en sus calles es extraordinario, desde el conjunto de La Villa de Guadalupe que año con año convoca a más visitantes que cualquier otro espacio religioso en el mundo hasta el Zócalo o la Plaza de Garibaldi. Entre marchas y ciudadanos combatientes, centro neurálgico en que se lucha fervientemente por aquello que se cree. Ciudad de palacios, museos, librerías, de una cultura que vibra al ritmo de la República. Me emociona andar en el metro, me recuerda siempre las canciones de Chava Flores.

Guadalajara, es una ciudad que como ninguna otra me ha hecho sentirme orgulloso de ser mexicano; en ella, se siente la nobleza de nuestro pueblo inmersa en un orgullo y distinción que le dan la historia vivida. Me encanta la alcurnia de Durango Capital o el dinamismo de Monterrey, me divierte la "rivalidad" entre regios y laguneros.

Sueño con las playas mexicanas que hacen del despertar un encuentro maravilloso gracias al ronroneo de las olas. Los atardeceres y los amaneceres en México me trasladan a un mundo inmerso de calidez, de colores, de sensaciones que sin duda me llevan a rememorar la música mexicana, desde el huapango a los sones, del mariachi a la tambora, hasta el lamento del canto cardenche y una larga lista de opciones que engrandecen el abanico musical de un pueblo que canta a la vida y a la muerte, que sueña y arrulla, que recibe y despide con música.

Me enorgullece el legado que los primeros pueblos originales de nuestro país. El entrar en la sala de las culturas del Norte de México en el Museo Nacional de Antropología y encontrar la exposición de La cueva de la Candelaria que da testimonio y fe de las culturas que nos precedieron en esta Laguna nuestra, tan llena de sol como ninguna otra región del país. Recorrer la sala Maya y dar un breve vistazo al esplendor de una sociedad que aún no conocemos del todo, empequeñecer ante la grandeza de la Piedra del Sol, la que orgullosa preside la sala principal de Tenochtitlan.

Subir cada uno de los trescientos sesenta y cinco escalones de la Pirámide del Sol en Tehotihuacán, sentir el corazón latir con tal brío que pareciera querer emular el "tam-tam" de los tambores que en tiempos idos ya habrían de musicalizar las ceremonias que ahí se realizaron alguna vez. Su grandeza es tal que no puedo asimilar en toda su dimensión de los imperios que hicieron la grandeza de la Mesoamérica. Sueño con caminar por la Riviera Maya, Paquimé, La Quemada y una larga lista de lugares.

Amo a México, sus mares, sus montañas, sus dunas y sus playas, sus calles, su historia, su arte, su cultura. Amo sus sueños, su música, sus silencios; la lucha libre y su cultura popular. Sus dulces, su comida; el pan dulce, el chocolate, el mole, los lonches, tacos y gorditas… amarlo es mi orgullo.


(31/VII/2014) El Siglo de Torreón / Imágenes / http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1021974.imagenes.html

martes, 3 de marzo de 2015

COMO POLILLA TRAS LA LUZ

COMO POLILLA TRAS LA LUZ
Raúl Humberto Muñoz Aragón


Me fascina lo prohibido, nada más embriagante que transitar por aquello que no está bien visto, que la censura y las buenas conciencias consideran intolerable. Nada me atrae más como el romper límites, transitar por la delgada línea que señala el camino del buen hacer, buen pensar o buen decir.
El pensar en lo prohibido me es tan atractivo como a las polillas una lámpara incandescente. Y no estoy solo en ello, es un deseo permanente en la humanidad, el sueño compartido y si lo pensamos bien, es el fin último de los límites, que son creados para ayudarnos a entender y caminar por rutas sabidas y probadas, y una vez comprendidas en su totalidad, poder aventurarnos allende a esos límites que nos plantearon el andar.
Esta fascinación por lo prohibido, al menos en mi caso, va de lo más trivial, si se quiere pensar así, hasta derroteros más complejos y profundos. Así, un día un poco aciago de mi historia personal y tras muchos estudios médicos, el doctor en turno, de cuyo nombre no quiero acordarme, me dio un largo listado de alimentos y bebidas que tenía prohibido ingerir, ello porque podrían ser detonantes de la tortuosa migraña que a veces me acosa… entre ellos mencionó los chocolates, los quesos, los vinos. He ahí que no hay golosina que me encante más que el chocolate, amargo o dulce, de la vaquita o de esos importados con mucho pedigrí, no hay deleite mayor a lo que este néctar de los dioses puede generar.
Sin duda un buen vino, unos buenos quesos, un ate de membrillo y unos chocolates son el mejor aderezo para alguno de los libros prohibidos que se enseñorean en mi biblioteca. Uno de los grandes sueños de mi juventud es el tener entre mis libros el Index librorum prohibitorum, ese deleznable catálogo inventado por la Iglesia Católica en donde se dedicaron a dejar constancia de aquellos libros que estaban prohibidos por ella, y que eran motivo de excomunión directa; siempre he soñado con que este índice se convierta en mi guía de lectura.
"La última tentación de Cristo", "Los hombres detrás del sol", "Yo te saludo, María", "Calígula", "Salo o los 120 días de Sodoma", "La naranja mecánica", "El último tango en París", "Sweet Movie", "Freaks", "El imperio de los sentidos", "Holocausto caníbal", "Senderos de gloria", "El tambor de hojalata", "Fando y Lis"; componen horas emblemáticas de la filmografía mundial que se han convertido en varias de las películas más prohibidas de la historia, piezas cinematográficas apasionantes, escabrosas, sórdidas, poéticas y claro, integrantes de mis afanes particulares, fruto de muchos años de búsqueda y algunas de las sesiones ante el televisor más impactante, siempre seguidas de disertaciones y debates siempre gratificantes. Son películas que agreden y ofenden, que han de verse siempre con un espíritu de tolerancia y respeto; valores que nos permiten confrontar ideas, compartir sueños y discernir de lo pensado por otros, ésta es una de las maravillas de lo prohibido.
A veces lo prohibido se encuentra en un sueño, como el mítico sueño de Giuseppe Tartini ocurrido en 1713, cuando el mismo Diablo se le presentó en sueños y en un diálogo que mantienen, es el Diablo quien recibe el violín de Tartini y toca una sonata que lo transforma y conmueve. Al despertar Giuseppe Tartini compone "La sonata para violín en sol menor", más conocida como El Trino del Diablo, en un intento por emular la obra maestra creada por el Diablo en su sueño.
Esta no es la primera vez que el Diablo se asoma a la música, y uno de los ejemplos más renombrados es Nicolo Paganini, de quien se dijo en su tiempo que había hecho un pacto con él, e incluso hubo quien llegó a afirmar que era el mismo Príncipe del Infierno, otros más ven en sus obras el talento diabólico, la más citada es "La Streghe" que fue escrita cien años después de la obra de Tartini antes citada en 1813.
La música sin duda es un gran acercamiento con aquellos temas o tópicos prohibidos, el ejemplo muy nuestro es la llamada canción protesta, canciones de autor que reflejan su compromiso con la lucha social: Chicho Sánchez Ferlosio, Paco Ibáñez o Serrat en España; Nacha Guevara, Mercedes Sosa, León Gieco, Gian Franco Pagliaro y Cabral en Argentina; Zitarrosa y Viglietti en Uruguay; en Chile, Víctor Jara, Violeta Parra, Inti Illimani; Alí Primera en Venezuela; en Cuba, Carlos Puebla, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez; Carlos Mejía Godoy Nicaragua y en México, Amparo Ochoa y Óscar Chávez… lista limitada pero representativa de las voces que han alimentado la canción comprometida en nuestros países, siempre prohibido por un statu quo que se engolosina con el poder.
Esa es mi fascinación por lo prohibido, nada más disfrutable que una velada con vino tinto, queso, chocolate, música y el comentario de alguna película, siempre soñando con un mundo mejor.
ymahr@yahoo.com
facebook.com/Ymahr

@Ymahr.Nogara

El Siglo de Torreón / Imágenes / Jue. 24 Jul. 2014 / http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1019596.imagenes.html

EL ETERNO RETORNO DE LA INFORMACIÓN

EL ETERNO RETORNO DE LA INFORMACIÓN
RAÚL HUMBERTO MUÑOZ ARAGÓN

Nada es, si antes no ha sido observado… éste es el resultado que arroja la física cuántica de hoy día, ésa que tanto aborrecía Albert Einstein y que con el paso del tiempo ocurre que pudiera ser verdad que Dios juega a los dados con el Universo. Según algunos físicos como Vlatko Vendral -profesor de física de la Universidad de Oxford- el componente esencial de la realidad es la información; con base a ello, la energía y la materia no tienen existencia independiente y anterior a la observación. En esencia, nosotros mismos somos información, y hemos de requerir que alguien nos vea, nos lea.

Así que según la vanguardia de la física moderna, el Universo no estaría compuesto de materia y energía, sino de información; así la información es tan importante e incluso omnipresente que sería lo único que no pudiera ser absorbido por un hoyo negro… así que la conclusión es fácil y simple: la información no se crea, ni se destruye, sólo se transforma; y en ello, existiría ese mundo de las ideas que en algunos momentos se nos acerca y nos muestra algunos aspectos de la realidad.

Es aquí donde me gusta pensar en ese "eterno retorno" que Nietzsche presentaba como realidad inalterable, como condena, que aunque algo pareciera perderse en el discurrir del tiempo, tarde o temprano regresa, quizá en la búsqueda del mejor momento, el preciso para que pueda ser entendido y aquilatado en toda su valía, al menos, de una forma diferente… he aquí algunos ejemplos.

El primero, son los llamados Papiros de Oxirrinco, un numeroso grupo de manuscritos descubiertos en 1897 por los arqueólogos Bernard Pyne Grenfell y Arthur Surridge Hunt, y que todavía, hasta el 2008, han seguido encontrándose en la región de Oxyrhynchus (actualmente el-Bahnasa) en Egipto. Estos papiros datan de los Siglos I al IX y estuvieron perdidos durante siglos, en ellos se incluyen miles de documentos en griego y latín, cartas y trabajos literarios, pergaminos de vitela y manuscritos en idioma árabe en papel. En estos papiros, se han encontrado textos de Píndaro, Safo, Alceo de Mitilene, Aristóteles, Eurípides, Sófocles, Baquílides, entre otros, así como una pieza musical del Siglo III, las más antigua recuperada hasta hoy, o fragmentos del Evangelio de Tomás, del cual se encontró una versión completa en el siguiente descubrimiento.

Los Manuscritos de Nag Hammadi, descubiertos en Egipto en 1945, los que se componen de una colección de 52 textos gnósticos de los primeros cristianos escritos en 13 códices de papiro forrados en cuero y enterrados en vasijas selladas. A este descubrimiento, se le suman los Rollos de Qumrán, que son una colección de alrededor de 800 textos de origen hebreo, escritos probablemente por integrantes de los esenios, y encontrados en once grutas en los alrededores del mar Muerto en el año de 1947. Ambos descubrimientos vendrían a presentarnos la diversidad de movimientos teológicos que se desarrollaron entre el Siglo II a. de C. y el Siglo IV, mostrándonos como surgiría el cristianismo. A estos descubrimientos, se sumaría el realizado la década de 1970 del denominado Evangelio de Judas, que muy probablemente pertenecía a la biblioteca de Nag Hammadi, el cual fue dado a conocer en el año de 2006 por la organización National Geographic Society.

Hay que comentar que no sólo la información nos llega en libros, que las ideas también viajan a través del arte, y un ejemplo son un par de obras perdidas de Leonardo Da Vinci que pareciera que han vuelto a la luz, una es "La batalla de Anghiari", que es una pintura al fresco pintada en un muro del Salón de los Quinientos del Palazzo Vecchio de Florencia entre 1503 y 1506 y que Maurizio Seracini sugiere se encuentra tras "La Batalla de Marciano en Val di Chiana" de Giorgio Vasari tras el ya mítico estandarte verde con las palabras "Cerca trova" que se encuentra en dicho mural. La otra pieza de Leonardo es "La Bella Principessa", retrato de Bianca Sforza y que fue arrancado de un libro editado entre los años 1490- 1499 y titulado "La Sforziade".

Y pudiéramos seguir con este recuento de obras perdidas reencontradas, desde la escultura de San Juan Bautista de Miguel Ángel hasta el Libro Perdido de Nostradamus descubierto en 1982, o el mítico y entrañable filme "El vampiro y el sexo", versión no censurada de "Santo en el tesoro de Drácula", descubierto en el 2011 en una bóveda de Cinematográfica Calderón, la productora original de esta película y estrenada por fin en Guadalajara.

Si, a fin de cuentas la información es el todo del Universo, en ella nos va la inmortalidad, una que no es tan agobiante como el vivir para siempre, sino que es una renovación constante y es ese eterno retorno que nos permite volver en cada tiempo, siempre a la captura de información de ese idílico mundo de las ideas que alguna vez soñó Platón.


EL SIGLO DE TORREÓN / IMÁGENES / JUE 17 JUL 2014 / HTTP://WWW.ELSIGLODETORREON.COM.MX/NOTICIA/1017158.IMAGENES.HTML