ANHELO, ILUSIÓN Y ESPERANZA
Raúl Humberto Muñoz Aragón
Y entonces, México gira diferente, el movimiento en sus calles está lleno de anhelo, ilusión y esperanza; de sueños tan diversos como en el fondo iguales, pues nos hablan del deseo por un futuro mejor, un futuro en el cual cada quien tenga su espacio, donde estén las oportunidades que se requieren para construir un camino pleno, en el cual, al final derive en un buen abuelo, que es sin duda el mejor destino para una vida.Esta semana, millones de niños, jóvenes y adultos han reiniciado el camino a escuelas, colegios, institutos y universidades, involucrando con ello a México de un movimiento continuo y mágico donde la sorpresa y la maravilla del conocimiento esperan a la menor provocación. Espacio en que miles de hombres y mujeres han decidido aportar su profesión para el bien mayor de la nación, para cultivar el tesoro más preciado que todo pueblo tiene, sus hijos, hombres y mujeres que harán mañana un México diferente.
Miles de madres y padres hoy tienen ese sentimiento agridulce de dejar a sus hijos por primera vez a las puertas de la escuela, no sin derramar alguna lágrima envuelta de emociones, orgullos y alguno que otro temor. Niños que ríen y lloran, que con miedo se aferran a la mano de mamá, que ven con asombro a quienes con el tiempo se convertirán en compañeros de vida, espíritus que se tornarán en hermanos para caminar por los azares que el destino depare, con quienes reirán y llorarán; ahí, una maestra le compartirá su amor por aprender, su anhelo por enseñar, los llevará a través del espacio y el tiempo a la conquista de las maravillas que el conocimiento del ser humano ha hecho posibles.
México gira hoy con un dinamismo diferente, su movimiento es otro, los sueños de millones de mexicanos reviven, la ilusión se visualiza en millones de rostros, la esperanza fluye. Algunos han tenido que despertarse aún antes que el gallo tenga a bien entonar su canto, pues el camino es largo, a veces son algunas horas y hay que andarlo, a pie de la mano de mamá o en "bici", quizá en "moto" abrazado a papá; tal vez en la comodidad de un carro… en lo que fuere, metro, autobús, carreta, no importa, la encomienda es la misma, acudir al encuentro de los amigos, compañeros de andanzas; es imprescindible contar todo lo ocurrido en vacaciones; hablar de los nuevos amores, llorar por las rupturas, compartir la emoción de viajar, presumir los útiles escolares, ser uno con el grupo, esperar con ansia y un poco de miedo al nuevo maestro, descubrir las nuevas materias, algunas tan temidas como la endiablada álgebra, o la trigonometría, o eso del cálculo diferencial e integral… la biología emocionante, la amada literatura.
En estos días, en cada hogar, se ha vivido la ilusión entrañable de los útiles escolares, esas largas listas que abruman y asustan a padres de familia y que cada niño disfruta a plenitud. Útiles que, algunos de ellos, al final del ciclo mostrarán su inutilidad, que concluirán en sólo un recuento de buenas intenciones que no alcanzaron a ser utilizadas, porque a fin de cuentas, la educación es siempre diferente, ésa es la maravilla que viven día a día los profesores; en ella, el camino siempre es nuevo con sus propios afanes, y por ende, las herramientas pertinentes para cada caso.
Algunos jóvenes han descubierto que la meta ha sido rebasada, que su rol como estudiantes ha llegado a su fin en las graduaciones de julio, que ahora están en el inicio de una vida cuyo destino está totalmente en sus manos, que no hay camino cierto, seguro y único, que ellos son los rectores y guías de este nuevo andar; la meta, sus sueños. Hoy, México los requiere, necesita de su talento, de lo aprendido a través de profesores, compañeros, y sobre todo, de su propio esfuerzo, de su compromiso por ser siempre mejores.
Otros no volverán… las circunstancias son muchas, tantas como cada uno de ellos; niños y jóvenes que se quedarán fuera, algunos quizá vuelvan a las puertas de las escuelas a vender alguna golosina o quizá algo para comer; no sé, sólo tengo claro que duelen, duele verlos en esquinas haciendo malabares para conseguir algunos pesos, duele verlos extender su mano con toda la mugre acumulada para pedir alguna dádiva, duele verlos con un arma pelear por la vida dejando de lado valores y principios que a veces no son suficientes para comer. Duele verlos evadir al mundo que no les ha correspondido pegados a algún solvente que engaña hasta a la misma hambre. Duele saber que el 40 por ciento de los mexicanos mayores de quince años tienen rezago educativo que los deja en desventaja, saber que de cada 100 niños que hoy inician la escuela primaria sólo 50 la terminarán.
Esta semana, México gira diferente, los anhelos, las ilusiones y la esperanza caminan por calles, caminos, bulevares y veredas en busca de un destino mejor.
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El Siglo de Torreón - Imágenes - jue 21 ago 2014 - https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1029008.imagenes.html
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