miércoles, 9 de septiembre de 2015

DE CÓMO SE PUEDE CAER DE LA LUNA

DE CÓMO SE PUEDE CAER DE LA LUNA
Raúl Humberto Muñoz Aragón


El futuro nos fascina, nos atrae, es el receptáculo de nuestros sueños y afanes, los mayores esfuerzos los guardamos para mañana, aunque ese mañana nunca llegue, siempre nos esquiva, se diluye y se torna en interminable hoy, que es lo único nuestro realmente. Somos crononautas atrapados en un eterno presente del cual sólo podemos escapar a través de la imaginación, de las proyecciones que hacemos del futuro o en los recuerdos de un pasado añorado.La incertidumbre del futuro siempre es un reto, envuelto entre apocalipsis zombis o ciudades suspendidas en el cielo y transportándonos en aero-autos como Los Supersónicos. Siempre hemos soñado con echar algún vistazo, desde Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel hasta Juan por sólo mencionar a algunos profetas bíblicos pasando por el celebérrimo Nostradamus, Édgar Cayce, Allan Kardec, Malaquías, Rasputín, Helena Blavatsky… y una larga lista, que llega a los quirománticos y demás lectores del futuro, sea lo que fuere y el cual no cumple caprichos y ni los mismos según algunos "omniscientes" mayas acertaron, aunque habría que decir que aquellos gurús que los "interpretaron" sólo juegan con ese anhelo por tener alguna certeza para mañana…

Pero si he de ser preciso, de entre todos aquellos visionarios del futuro, prefiero a Julio Verne, gigante entre los gigantes de la literatura universal, mucho más certero que Nostradamus o cualquier otro. En 54 novelas y 20 cuentos, entre aventura, viajes fantásticos y literatura científica, precursor de la ciencia ficción y la literatura surrealista, fue capaz de recordar el futuro como pocos.

Estamos compuestos por miles de millones de átomos que han sido creados a lo largo de la vida y muerte de las estrellas que han hecho posible este eterno presente; quizá esta sea otra de las fascinaciones que se encuentran en el inconsciente colectivo, residuo de los momentos que están perdidos en la historia del hombre, cuando aún teníamos tiempo para contemplar y maravillarnos con la bóveda celeste. Futuro y espacio es la razón de este texto, la ciencia ficción que nos regala el cine desde sus primeros años.

Todo viene a cuento por nueve filmes que cada vez que he tenido la oportunidad de verlos me hacen soñar con navegar por el espacio y el tiempo, viviendo las aventuras que la pantalla nos regala.

En primer lugar, la mítica película francesa "Le voyage dans la lune", que en 1902 dio inicio a esta aventura, surgida de la mente de Georges Méliès y que ahora podemos disfrutar gracias a un trabajo de restauración que ha dado como resultado varias versiones, filme que nos habla de los sueños de un momento en la historia en que aún no sabíamos nada de la Relatividad o la Mecánica Cuántica y el universo estaba aún por descubrir, tiempo en la cual había selenitas, estrellas vivientes, paraguas que se convierten en hongos y era posible caerse de la Luna.

La segunda es una superproducción alemana de 1927 dirigida por Fritz Lang, "Metrópolis", nombrada Memoria del Mundo por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad, que aún sigue cautivando a los espectadores gracias a su atmósfera y a la grandeza alcanzada.
En 1968, llegarían dos grandes películas: "The planet of the Apes", de Franklin J. Schaffner, con uno de los finales más emblemáticos y sorprendentes del cine a cargo de Charlton Heston y en contraparte, un filme con un inicio equiparable en talento y creatividad al final citado: "2001: A space odyssey" de Stanley Kubrick, quien nos envuelve en un inicio mágico e intrigante.

Aquellos que acudimos al cine en 1977 aún recordamos la extraordinaria sensación de ver en las pantallas el avance de una nave interminable, dando inicio a un fenómeno social que aún hoy alimentan los sueños y que nos tiene a la espera de la nueva trilogía que aparentemente cerraría el ciclo iniciado ese año con "Star Wars: Episode IV. A new hope". Ese mismo año, llegó a los cines "Close encounters of the third kind" de Steven Spielberg, que refleja el deseo de contactar con seres de otro planeta y en el cual la música es el lenguaje perfecto

En el espacio, también se encuentra el terror y el miedo, de ello da fe "Alien" de Ridley Scott, quien en 1979 se regodeó jugando con nuestro miedo a lo desconocido y nos trajo a un asesino emblemático del séptimo arte. Cierro estos recuerdos del futuro con "Akira" (1988) del japonés Katsuhiro Otomo, anime que nos narra la vida en Neo Tokio, que tras la guerra aún sigue sin aprender, y por último, "Star Trek" (2009) de J. J. Abrams, que sigue narrando una historia que empezó a contarse en las pantallas de televisión en 1966.

El futuro será y puede que existan tantos mañanas posibles, que como el Gato de Schrödinger, sólo lo serán hasta que algún observador pueda evadir este eterno presente y abra la caja que lo contiene… mientras tanto, disfrutemos del cine.

---
El Siglo de Torreón - Imágenes - jue 28 ago 2014 - https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1031460.imagenes.html

No hay comentarios: