LOS SUEÑOS… ¿SUEÑOS SON?
Raúl Humberto Muñoz Aragón
Sí, las ideas tienen vida propia, navegan por la mente de hombres y mujeres en su afán incansable por cambiar siempre la realidad, empeñadas en este hacer. Quizá sólo seamos invento de ellas, creados para ser su vehículo con el único propósito de tornarse en cotidianidad, modificando el entorno actual, siempre a la espera de nuevas ideas en un ciclo infinito, eterno, mágico y misterioso.Las ideas trascienden, van más allá de culturas, de sociedades o de grupos; su permanencia supera en mucho a quien la genera, no hay frontera que las frene, crean, transforman y desplazan formas de hacer continuamente. Son la conjunción de información y conocimiento y nada las puede frenar por suficiente tiempo, pues aparecen y son cuando es menester, en el momento oportuno y pertinente, siempre dispuestas a abordar el destino con alevosía y ventaja.
Las ideas son los sueños de la humanidad, esa eterna búsqueda de la trascendencia, el anhelo por ser siempre, en continua y permanente evolución; el deseo utópico de la inmortalidad. Los sueños soñados son la exploración de los posibles futuros, el divertimento del alma, el encuentro perfecto con Dios.
Los sueños son el grito más profundo y limpio de las ideas, el más libre, el más auténtico. Los sueños son la vida misma y por ello son vividos en conciencia e inconsciencia; en la noche, pueblan nuestra soledad con aquello que es nuestro afán verdadero, ahí es fácilmente encontrar desprevenida al alma del hombre, ahí el espíritu de la humanidad abreva de filias y fobias. En los sueños, se encuentran los deseos más puros, aquéllos que fueron creados en nuestros primeros años, donde todo era posible, lo único necesario era desearlos.
Los sueños son nuestras ideas primarias; en ellos, en nuestros primeros años, acumulamos todo aquello que nos era necesario para ser felices, ahí estaban las respuestas al mundo simple y sin complicaciones que era nuestra cotidianidad. Esos primeros sueños fueron la meta de arranque a esto que es jugar a la vida y "que a veces duele"; ahí dejamos por sentado el destino que deseábamos para nuestro futuro… pero, y ¿qué pasa con los sueños perdidos?, ¿a dónde se fueron?, ¿qué es eso llamado destino que parece que todo lo trunca o al menos lo tuerce?, ¿por qué se rompen los sueños si las ideas son irrefrenables?, ¿cuándo se alejan los sueños?, ¿tienen acaso fecha de caducidad?
En los sueños de niños, todos anhelamos un futuro pleno, lleno de aventuras, de viajes fantásticos, de encuentros épicos con maravillas disímbolas, de romances interminables llenos de zapatillas de cristal y príncipes azules, de encuentros y desencuentros con nuevos mundos. Ahí todos somos bomberos o vagabundos, empresarios, médicos, arquitectos, pilotos de naves espaciales o de automóviles que rompen todos y cada uno de los récords posibles e imposibles; en ellos, nuestra familia es perfecta, ésa que sigue al "vivieron siempre felices".
A veces, al ver a mi alrededor y observar las líneas de la vida que van poblando los rostros de hombres y mujeres, dejando muecas que son el reflejo de los sueños conseguidos o aquéllos que se tornaron en pesadillas y algunas de aquellos sueños que se perdieron a la vuelta de la esquina o al cruzar algún bulevar o quizá en el locker de la escuela en compañía de los amigos de ayer.
Los sueños de la infancia eran las ideas que nos llevarían a la felicidad, el camino en el que se encontrarían los ideales… pero, ¿esos sueños rotos?, esos presentes que no han sido fieles a los ayeres, ¿dónde ha quedado la felicidad anhelada?... A veces, los sueños se tornan en pesadillas que carcomen el alma.
Las ideas son entidades libres, entes en busca de caminos a la realidad; los sueños son las ideas más puras, en ambos, sueños e ideas, se encuentra la esencia del espíritu humano, ése que ha sabido y creado las más extraordinarias maravillas, las mismas que han hecho posible que hoy podamos conversar a través del espacio y el tiempo.
Si, tienen vida propia y para que esté completa, tiene la muerte a su lado. Las ideas mueren a pesar de ser indetenibles, fallecen igual que el fénix y como él renacen, siempre diferentes, siempre igual. Lo lamentable es que este mundo de hoy ha dejado de tener tiempo para las ideas y los sueños se han convertido en juegos de niños que en la edad adulta ya no tienen cabida, pareciera que no tenemos permiso para ser felices como en los sueños de ayer. Hoy, los adultos soñamos lo que los medios nos dicen que soñar y así será hasta que alguna nueva idea empiece a tomarse el tiempo de cambiarlo todo nuevamente.
Como lo dijo Segismundo en el drama español del gigante Calderón de la Barca…
"¿Qué es la vida? Un frenesí.
"¿Qué es la vida? Una ilusión,
"una sombra, una ficción,
"y el mayor bien es pequeño:
"que toda la vida es sueño,
"y los sueños, sueños son".
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El Siglo de Torreón - Imágenes - jue 4 sep 2014 - https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1033817.imagenes.html
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